44. A ver si me atrapas

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Cinco meses después

Karol

—Esto no sale en las novelas.

—Definitivamente no quiero ser madre.

Lía mira la escena con una mueca de asco, pero yo solo me quiero reír de esto.

—Amiga, te casas en unos meses.

Su sonrisa es evidente. Por fin ella y Alexander daban ese paso, ese al que ella se negaba pero que cuando él se lo propuso aceptó chillando como una loca.

A veces no solo se trata de la ideología de uno sino con quien lo comparte. Lía es un ejemplo. Para ella el papel del matrimonio era solo eso pero ahora con Alexander es una alianza de vida.

—Ya lo sé, pero eso de tener hijos aun debemos pensarlo bien. Por qué crees que convencí a Alex de hacerse la vasectomía reversible.

—Buen punto.

Termino de limpiar el desastre que mi hija ocasionó. Mi vestido blanco se arruinó con la papilla de calabaza que le hice.

Salimos de mi habitación en dirección a la cocina para encontrarme a una Amber tranquila comiendo de las cucharadas que le da su padre.

Hace poco empezamos a darle otras comidas suaves, aunque igual no le he quitado mi leche.

—Osea que con tu papá si te comportas bien.

Ella en cuanto me ve agita su manita y empieza a patalear suavemente.

—Viste, soy su favorito.

—Eso es alta traición, Amber. Con él ni pateabas dentro de mi vientre y mírate ahora.

Parece que me entendiera todo lo que digo pero solo regresa su mirada a su padre y sonríe cuando este acerca la cucharita de nuevo a su boca.

Definitivamente mi pequeña hija de cinco meses tiene un padre favorito y es el guapo de mi esposo.

—Amor.— en segundos tengo su atención.—Voy a ir con Lía a la tienda. Emily quiere que empiece a trabajar en las nuevas prendas.

—Perfecto, yo voy a ir a la casa de mis padres y luego paso por ti.

—¿Tienes entrenamiento mañana?

—Sí, tengo un juego el fin de semana.

Asiento y dejo un beso en sus labios para salir de casa junto a mi amiga.

Hace solo un mes me reintegre a la agencia y era hora de ponerse en marcha. Aunque últimamente lo estoy pensando mucho y es que quiero abrir mi propio local con mi propio nombre. Emily lo sabe y dice que cuento con todo su apoyo. Adoro a esa mujer con cara de seria que en el fondo es un amor de persona.

—¿Vas a entrar a comprar algo?

—Esa era la idea pero olvidé que iba a acompañar a Valentina.

—Cierto, la mudanza.

—Eso mismo.— recoge su bolso del asiento trasero y abre la puerta para salir del auto.—Dijo que tú ibas a ir para ayudarle a desempacar.

—Esa es la idea.

—Entonces nos veremos todos allá.— se estira para besarme la mejilla como despedida.—Cuídate.

Alzo mi mano cuando sale y me estaciono en el aparcamiento de la tienda antes de entrar por la puerta de atrás.

Todo el mundo anda moviéndose de un lado para el otro y eso que apenas comienza a planearse la nueva colección.

—¿Cómo está mi estrella?

Little WishesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora