5. Francesito.

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Karol

Hoy amanecí de un excelente humor mismo que casi se ve frustrado por el accidente de mi falda. Mi bolso me había jugado una mala pasada. En eso si le agradezco a Ruggero. Pues hubiese desfilado por todo el Instituto así.

También está la llegada de Pierre.

Tengo que admitir que es un chico guapísimo. Y su acento hizo que un suspiro si brote de mí. Pero no por eso voy a estar embobada como las demás. Gracias a Valentina pude comprender lo que me dijo. Nunca había intentado aprender francés. No lo veía necesario. Solo el italiano se me daba bien y eso era porque mamá así lo pidió. Hizo que tomara clases por si en algún momento encontraba a su amiga y la visitáramos.

Ironías de la vida. Vivo en Italia.

Sin embargo me gustaba que mi idioma natal no se perdiera.

Volviendo al tema de Pierre. Sí, me invito a salir y no supe que contestar porque las demás no me dejaron. Se escuchó un si colectivo y pues ya quede en salir con él. No se me hace un mal plan. Solo espero que el chico no sea un pesado.

Pero todo buen humor se esfumo cuando decidí saltarme la hora del almuerzo y venir por un libro de estadística.

La profesora Ricci decidió no dar clase pero a mí me gustaba la materia y no tenía hambre. Además todo el mundo seguía parloteando sobre el nuevo y pues yo lo iba a conocer cuando salgamos.

Ese era mi motivo para estar aquí y no sabía cuál era el de Ruggero ni mucho menos sus estúpidos reclamos.

Por Dios, ni mi madre me hacía interrogatorios.

Lo deje solo para que no me siguiera molestando pero la suerte no está a mi favor el día de hoy.

-Encontré a la ruidosa.

La señorita Molly, esta con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Valentina ya me había advertido sobre ella.

Odia el ruido. Tiene libros que arreglar. Un castigo perfecto.

-Buen día señorita Molly.

La voz de Ruggero se escucha detrás de mí. Ahora siento temor al enfrentar un castigo y encima, quedarme con él.

La sonrisa ensanchada en el rostro de la señorita Molly, da escalofríos.-Los dos están castigados. Quiero que después de clases vengan aquí.

-Pero yo tengo entrenamiento.

-Qué raro. Sé que es después del almuerzo. Tengo entendido que hasta esa hora ya sales de aquello.

No dice nada más y se retira mientras sigue observando por los pasillos.

-Por tu culpa estoy castigada.- no tardo en reclamarle.

-Tú fuiste la que grito.

-Tú me asustaste.

-Como sea.- mete las manos a los bolsillos y se dirige a la salida.-Te veo después de clases.

Me dedica una sonrisa, cosa que detesto, y se va.

Ese chico sí que sabe cómo hacerme enojar.

Camino en la misma dirección y me encuentro con las chicas. El resto de las horas pasa demasiado rápido para mi gusto. O es eso, o que temo ir a la biblioteca.

El timbre de salida suena y veo como Pierre se acerca a mí. Me doy un golpe mental cuando recuerdo que hoy es la salida con él.

-¿Lista para irnos?

-La verdad no. Me castigaron y debo ir a la biblioteca.

-¿En serio?- asiento.-Pues lo dejamos para mañana.- vuelvo a asentir.-Nos vemos.

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