Ruggero
La fiesta es una explosión. La casa de quien la organizó, es decir de Sebastián, es todo un caos. La música está bien alta.
Lo único bueno es que los últimos vecinos que recuerdo haber visto, siquiera están a unos diez metros del lugar. No creo que les moleste demasiado el ruido.
Eso quiere decir que el lugar está desierto.
—No olviden donde dejamos el coche.
Julio será el encargado de conducir. Está tomando unas vitaminas y su madre le advirtió que no ingiera alcohol, o estará castigado de por vida.
Las chicas aún no han llegado pero Valentina ya le marcó a Agus para decirle que la madre de Karol las vendría a dejar.
El lugar está repleto de adolescentes y somos conscientes que algunos ni siquiera están en el instituto. El año pasado no fue así, había un ambiente más tranquilo. Este año se superaron.
—¡Hola chicos!— Sebastián nos saluda cuando nos abre la puerta.—Las bebidas están en la cocina que queda a la derecha. Los baños en la parte de atrás y habitaciones arriba.
Lo última lo hace sonreír y tambalear, lo que me dice que ya está ebrio. Viste un traje rojo, con un rayo en el centro. Muy seguro que está disfrazado de flash.
En el salón hay de todo un poco.
Hadas, sirenas, diablas, conejos, Batman, Superman.
Hasta he visto unos teletubbies. Y yo que pensaba que venir de apio era ridículo.
Volteo a ver a mis amigos para ver si su disfraz está repetido.
Y la respuesta es obvia, hay muchos vaqueros como Agus, piratas como Julio, policías como Alexander.
—No me vayan a confundir y dejar aquí, por favor.— habla Agus mirando a toda la multitud.
—Por cierto, ¿Qué carajos eres tú, Ruggero?
—No es obvio.— ellos niegan al mismo tiempo, menos Agus.—Soy un motociclista.
Estoy vestido con un pantalón de cuero, camisa negra y chaqueta del mismo material y color. Mis zapatos favoritos y una pañoleta en la cabeza que solo cubría un poco de mi frente y el inicio de mis rulos. Además de unos guantes que había conseguido con papá y el tatuaje temporal de una serpiente en mi brazo derecho, ese me lo había hecho Agustín.
—Muy original. Pensé que eras un matón.
—¡Hey! Más respeto.
Todos se ríen de mi hasta que volteo a mirar lo que Agustín señala.
Es el grupo de chicas, de nuestras amigas, pero mi mirada solo se concentra en ella.
Está preciosa.
Ese disfraz es perfecto para ella. Un completo ángel.
Claro que habían más chichas vestidas así pero para mí, era la más hermosa.
—Cierra la boca, que se te caen las babas.
Alexander golpea mi costado.
—Esto sí que es una gran fiesta.
—Ustedes sí que son cursis, no puedo creer que sean Jessie y Woody.
—¿Verdad? Nos vemos preciosos.
Mi amiga se cuelga del cuello de Agus y lo besa. No planeo molestarla con que aquellos muñecos en la película ni siquiera son pareja.
Yo sigo viendo a Karol y puedo detallar su disfraz.
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Little Wishes
FanfictionDebí cumplir todos sus deseos... Y nunca haber dejado que se vaya.