41. Ahora si hay boda

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Ruggero

Mis dedos no dejan de temblar mientras juego con el objeto en mis manos.

Agustín me está hablando pero no le presto mucha atención que digamos. Mis amigos en general lanzan muchas ideas pero estoy tan nervioso que se me dificulta captar cada una de ellas.

En dos semanas es su graduación. Ya todos están aprobados en cada una de sus carreras, por lo que han venido a mi llamado y solo volverán el día de la ceremonia.

—Préstanos atención.

—Siento que se está cagando en los pantalones.

Casi.

Estaba a punto de darme una taquicardia y eso que estaba con ellos y no con mi novia.

Y es que pensar una propuesta de matrimonio no es nada sencillo, no si quiero que sea especial.

Estábamos por empezar el último mes del año, un año de muchas cosas. Un año que parecía empezar de la peor manera y que ahora mismo estaba terminando de maravilla. Con las personas que quiero en mi vida y a mi lado.

Hace una semana que ya había comprado el anillo. Me había demorado toda una tarde buscándolo, en compañía de mis amigos. Y muchos pensarán que casarse a los veintidós años es un poco loco pero no pienso perder más tiempo cuando estoy seguro de lo que quiero.

—Yo digo que la invites a cenar y se lo des.

—Por Dios, Jorge. No seas tan ordinario.

Todos aprovechan para golpear su espalda y este sale de la cocina ofendido.

—Puedes llevarla a un lugar memorable para ustedes.

—No creo que los dejen entrar al laboratorio de química del instituto.

Agustín siempre molesta con ello, nunca olvida la escena ni yo el momento pero si le tiro una de las uvas que está comiendo Alexander.

De repente, el sonido de la puerta nos deja a todos estáticos y en lugar de mantener la calma para no levantar sospecha, terminamos moviéndonos por toda la cocina.

—¿Rugge?

La voz de Karol me hace poner más nervioso que termino soltando el anillo justo cuando entra.

—¿Qué están haciendo?

Todos se quedan mudos y con la mirada le ruego a Agus que esconda el anillo que está justo a un lado de su pie.

—Julio embarazó a una chica.

—¡¿Qué?!

Todos entonamos al mismo tiempo, porque eso no lo sabiamos.

El mencionado mira muy indignado a Jorge.

—Eres un sapo.

—¿Es verdad?

Karol sigue con los ojos muy abiertos mirando a Julio y pese a la magnitud del asunto le agradezco a Jorge porque ahora yo mismo puedo agacharme a recoger el anillo.

—Mañana le dan los resultados, aun no es nada confirmado pero ya se pueden dar cuenta que Jorge no es la mejor fuente de confianza.

Todos se rien cuando se empiezan a perseguir por todo el departamento. Aprovecho la distracción para tomar a mi novia de la mano y atraerla hacia mi cuerpo.

La beso lentamente para disfutar cada segundo, no la había visto desde ayer por la mañana y eso es mucho cuando se trata de ella.

—¿Cómo la pasaste?— le pregunto mientras me separo.

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