25. Graduación

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Ruggero

Sostengo su cuerpo contra el mío mientras aprieto su pecho izquierdo. Un jadeo sale de su garganta y no hago más que sonreír.

Ella acaricia mi cabello y lo sujeta más fuerte cuando juego con su pezón. Soy adicto a cada parte de su cuerpo.

—Ruggero...

Me encanta. Mi nombre en sus labios, dicho en ese tono es algo que me vuelve loco.

Termino con el juego previo, coloco el condón en mi miembro y de una embestida entro en ella.

Karol es increíble. Resulta que solo íbamos a ver una película pero terminamos aprovechando que mis padres y hermano salieron al cine.

Han pasado cinco meses desde que estuve con ella por primera vez y digamos que hemos disfrutado de cada encuentro que hemos tenido.

Me muevo más rápido sobre su cuerpo y me agacho a besarla, ella araña mi espalda y no puedo evitar soltar un gruñido. Envuelve las piernas en mi cadera. Trata de coincidir con mis movimientos y en unas cuantas embestidas más alcanzamos el orgasmo, juntos.

Se siente de maravilla cuando lo alcanzamos al mismo tiempo.

Bajo de su cuerpo y me levanto enseguida a tomar el suyo. Camino al baño con ella en brazos y boto el preservativo en el basurero. Lleno la bañera y entro primero para que después se siente delante de mí, con la espalda pegada a mi pecho.

Sin decirnos nada disfrutamos el momento. El silencio reina y solo se escucha el sonido de nuestras manos al mover el agua. Agarro la esponja y la froto en su espalda. Ella se gira y hace lo mismo con mi pecho. Es un momento íntimo que compartimos después de entregarnos. Si me preguntan, mi favorito.

Salimos de la bañera y secamos nuestros cuerpos antes de ponernos ropa nueva. Ella ya tenía algunas prendas en mi armario.

Hace algunos días cumplimos nueve meses como novios, al igual que salimos del instituto y solo esperamos la graduación que es dos días antes de mi cumpleaños.

Nos recostamos en mi cama buscando, ahora sí, algo que ver.

—Sabes que ya encontré mi vestido de graduación.

—¿Sí?

—Si, ayer que te dije que salí con las chicas nos desviamos a buscar. Es uno en color beige precioso.

—Seguro que te verás hermosa, como siempre mi amor.

Me inclino a besar sus labios mientras siento su sonrisa.

—Me encantará verte en traje.—muerde mi labio inferior antes de alejarse.

Encontramos un reality de supervivencia y eso nos quedamos viendo. Mis padres me envían un mensaje diciendo que irán a cenar, les digo que está bien y dejo mi celular en la mesa de noche.

—¿Aún sigue en pie nuestro plan?

—Por supuesto.

Teníamos en mente ir a la entrevista para la universidad lo más pronto posible. Exactamente el mismo día. Mis demás amigos aún no se decidían del todo. Hasta Agustín lo estaba pensando bien.

—Lo único que me va a doler es que mis padres y Montse se irán.

Eso nos enteramos hace un mes. Montserrat tenía pensado estudiar en la misma universidad que nosotros pero se lo pensó mejor y decidió regresar a México. Dijo que extrañaba a su mamá y que la universidad que queda en Monterrey le llamaba mucho la atención.

Sus padres. Ese era otro tema que hasta mamá le costó asimilarlo. Aunque el negocio iba bien y Javier era un buen socio, vio como mejor estrategia dirigir desde México y llevar las cuentas de la sucursal que está allá. Tema de negocios que no entiendo del todo.

Little WishesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora