20 de Noviembre de 2021, México.
Karol
Besos son regados por mi mejilla. Me remuevo en la cama, y muevo mi mano alejando a quien está molestando mi sueño.
—Deja de molestarme.
Escucho un jadeo de indignación.
—Osea, soy tu mejor amiga y así es como me recibes.
Salto de mi puesto y un dolor en seco me recibe. Siento que se me hundieron las nalgas. Sin importarme mucho trato de quitarme las sábanas de encima para poder ver a la mujer que tengo en frente. A mí rubia—ahora castaña—favorita.
—Por Dios, yo te hacía en Grecia.
—Te dije que vendría a visitarte.
Giovanna ahora daba la vuelta al mundo. A ella le encantaba ser fotógrafa y viajar. Su complemento perfecto.
Me pone al día de lo que ha pasado y yo también, reservándome algunos detalles.
—Salimos hoy.
—No puedo.
—No te lo estoy preguntando, mi vida.— me toma de los hombros y empieza a empujarme.—Volé muchas horas por ti y vamos a salir.
Es mejor hacerle caso y entrar a tomar una ducha para terminar de despertarme.
Mamá nos recibe encantada con el desayuno y me dedica una mirada. Lo ha estado haciendo por las últimas dos semanas y sé que significa.
—Y ese hombre se acercó tanto que pensé que era un dios de la propia Grecia.
Mi mejor amiga le está contando la anécdota del dios griego a mi mamá.
—¿Y si era así?
—No. Era un italiano súper guapo que me dejó su número.
Eso hace que levante mi mirada, reprendiéndome por solo enfocarme en esa parte, por suerte ninguna de las dos lo nota.
Continuamos con el desayuno y al terminar nos vamos al centro comercial. Giovanna termina por pedir que vayamos por un café y conduzco hacia mi cafetería favorita. Mi celular suena en lo que hago mi pedido y respondo rápidamente en mensaje.
—Ya suéltalo.
—¿Qué cosa?
—¿Crees que no me di cuenta? El hecho de que te lo pongas en la otra mano no quiere decir que no estés comprometida.
Señala su evidencia y a mi los nervios me carcomen.
—Te juro que te lo iba a decir.
Tomo sus manos entre las mías. No quiero que se enoje.
—No es eso Karol.
—Te lo dijo mamá.
Ella asiente y es que era obvio. Ella es la única persona que lo sabe y no creía que se daría cuenta solo por ver el anillo.
—Sí. Acepto que me sorprendió muchísimo.
—Enserio que te lo iba a decir pero decidí que sea en persona.
—Deja de atormentarte. Ahora necesito que me expliques.
—¿Qué quieres saber?
—Hace cuánto.
Enfoco mi mirada en el pequeño diamante y termino sacándomelo para jugar con él.
—Dos semanas.
Ella bebe de su malteada y siento su mirada atravesarme.
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Little Wishes
FanfictionDebí cumplir todos sus deseos... Y nunca haber dejado que se vaya.