Karol
La cena fue un éxito, decirles a mis papás sobre donde sería la boda fue otro tema.
Según yo recibieron bien la noticia. Fabrizio estaba inquieto a mi lado pero se tranquilizó cuando papá le estrecho la mano.
Eso me recordó a cuando se conocieron formalmente.
El conocer a Fabrizio no fue una situación caótica o fuera de lugar.
Él es dos años mayor para mí, exactamente en febrero cumple los veinticuatro. En ese entonces había asistido por unos papeles en la universidad. Yo estaba en recepción para hablar con una docente.
A lo lejos lo vi de espaldas. Alto, cabello castaño y con un traje.
Admito que cuando se dio la vuelta y lo vi de frente me quedé un buen rato mirándolo. Era un hombre muy guapo, con unos ojos negros preciosos.
Me miro y se acercó a invitarme un café. Ni yo misma sé cómo acordamos una cita y luego otra y otra. Tanto que dos meses después ya nos hicimos novios y el resto es historia.
Él trabaja en una empresa de su primo, porque sí, es ingeniero comercial y el día que había ido a la universidad era por unos papeles que necesitaba para empezar laborar con él.
Y ahora, días después estoy terminando de alistar mis maletas. Fabrizio me sorprendió con la fecha. Solo fue cuestión de días.
Íbamos a pasar, los dos meses allá. Serían mis primeras vacaciones navideñas lejos de mis padres y con la familia de mi novio.
Aun no me había dicho con exactitud a qué lugar de Pescara iríamos. Solo ya compró los boletos y estamos a horas de irnos de aquí.
Valentina, con quien hablaba últimamente tampoco lo sabía.
Termino de cerrar mi maleta y siento unas manos en la cintura. Me estrujan contra un pecho fuerte.
—Estoy muy feliz de que hayas aceptado. Te amo.
Me gusta cuando usa ese tono tierno.
—Esto te va a costar muy caro.
Volteo para quedar de frente y abrazarlo.
—¿Ah sí?
—Si.
Me inclino para besar sus labios.
Fabrizio me hace feliz. Es muy lindo conmigo y no me arrepiento de intentarlo con él.
—Será mejor que nos demos prisa.
Él deja un último beso y me ayuda con la otra maleta.
***
Estoy despidiéndome de mis padres y ellos me aseguran que irán una semana antes de la boda.
—Por Dios, mi niña. La próxima vez que te vea será para ultimar detalles de tu boda.
—Mamá...
No quiero que se ponga a llorar porque me va hacer llorar a mí.
—No llores, hermana.
Mi tía la abraza por los hombros y mamá parece calmarse.
Mi prima es otra dramática.
Fabrizio también se despide de ellos y nos alejamos cuando suena por los altavoces el llamado de nuestro vuelo.
Estoy tan nerviosa cuando me acomodo en mi asiento y me abrocho el cinturón. La mano de Fabrizio envuelve la mía pero mis nervios no se calman. Sonrío para que no se dé cuenta y miro por la ventanilla.
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Little Wishes
FanfictionDebí cumplir todos sus deseos... Y nunca haber dejado que se vaya.