Little Wishes

48. Cómplices

Tres años atrás

William Miller

Su cuerpo inclinado llama mucho mi atención, está explicándole la línea de colores a las demás. Ella es la que más talento posee en esta agencia.

Ha vuelto después de cinco meses de haber dado a luz.

Logré interceptarla en la entrada pero se mostró muy agresiva, es por eso que cuando veo que se mueve para revisar el diseño de Emily, la sigo.

Karol es una mujer hermosa, el prototipo que todo hombre desea y que aun no entiendo como el imbécil que tiene como esposo no presume.

No teme a que se la puedan quitar pensando que es una mujer libre y sin compromiso, aunque todos aquí sabemos de su pequeña.

Se espanta cuando me ve parado en el umbral de la puerta y el cruce de palabras comienza.

—Escúchame, no sé qué complejo de guapura o macho alfa tienes, pero debes de aprender de que cuando una mujer dice que no les interesas es porque no le interesas, supéralo. Hasta los hombres deben mantener su dignidad y no ir por ahí de ofrecidos.

Levanta su barbilla con evidente molestia en su cara y no puedo evitarlo. Me gusta y mucho.

—Muy lindo el discurso pero no te dejaré ir. Karol, me gustas desde que te vi en esa pasarela, pero oh sorpresa, tu esposo me saludó en ese instante.

Un recuerdo amargo.

—Qué pena por ti.

Intenta escabullirse por debajo de mi brazo pero en un reflejo la pongo contra la pared, golpeando su cabeza en el proceso.

Prometo recompensar todos estos momentos.

—Solo un beso y ya.

—Quítate.

Trata de apartarme pero soy mucho más grande que ella y no lo logra.

—No quiero ser grosero contigo.

—Te juro que te refundiré en la cárcel por...

Es lo más lindo que he sentido.

Ninguna aventura por más adrenalina que haya sentido se compara con este momento. Siento sus uñas clavarse en mis hombros. Y cuando estoy en lo más alto la mujercita me muerde demasiado fuerte el labio haciéndome separar de ella.

Su respiración es agitada y eso no hace más que alimentar mis fantasías. Por el momento no logro concentrarme y aprovecha mi distracción para salir de la sala.

—Espera a mis abogados, maldito imbécil.

Sus ojos están cristalizados, sé que su amenaza es verdadera y el parpadeo de las cámaras de seguridad me gritan que pruebas existen.

Necesito acelerar todo.

Salgo de la agencia después de ver como parte en el auto con su esposo. Conozco el camino de memoria y solo me detengo cuando veo la pequeña casa.

—Viniste.— unos labios se apoderan de mi boca y por la frustración me separo con un fuerte movimiento.—Estás de muy mal humor por lo que veo.

—Debemos de acelerar todo.

—¿Qué mierda hiciste?

—No me apetece darte detalles, Vanessa.

La mujer frente a mí se muestra muy enojada pero poco me importa. Ella es solo una ficha más en el tablero, la cual me ayudará a llegar hasta la reina.

—Pues te recuerdo que estamos juntos en esto y necesito saber que pasó.

Quién diría que la pequeña mujer que encontré llorando resultara ser una loca de remate con una extraña obsesión por el marido de Karol.