❝ Uno ❞

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...

RA-YEON

Un fuerte dolor de cabeza me despertó de golpe, pero... ¿Cuándo me había ido a dormir?
Recordaba haber hecho el hechizo de inmortalidad para el que me llevaba preparando años, desde una niña, ese que toda bruja y todo brujo hacen a sus diecisiete años. ¿Por qué yo no había podido hacerlo? ¿O sí, pero por qué me dormí?
Lo último que pasaba por mi mente en forma de recuerdo fugaz, era yo removiendo el cucharón en la olla mientras pronunciaba las palabras indicadas en latín, todo estaba planeado. Después, una pequeña explosión se hizo presente. No era parte del hechizo, pero tampoco soltó humo, entonces... ¿Por qué me quedé dormida?

Me dolía tanto la cabeza que no pude evitar hacer muecas de dolor al estar ya despierta y, a causa de eso, una voz desconocida me preguntó repetidas veces si estaba bien.

Abrí los ojos poco a poco. Estaba tumbada en una camilla de la enfermería.
Levanté el torso con cuidado, miré a la enfermera que me vigilaba y su rostro no se me era nada conocido. De hecho, visité la enfermería de mi instituto muchas veces, por meterme en problemas con brujas, y esa no era la enfermería que yo recordaba.
Tenía un aspecto algo más moderno, la tecnología parecía ser algo más avanzada ya que había aparatos que en mi instituto habitual, con una gran pasión por lo espiritual y natural, no estaban.

Miré con confusión a la enfermera.

- ¿Quién eres y qué estoy haciendo aquí?

Ella se acercó suspirando y me entregó una hoja con un horario escolar en ella.

- Has sido transferida a esta escuela. - informó -. Tuviste un percance en la otra haciendo el hechizo de inmortalidad, te desmayaste y tu profesora te trajo aquí.

Aquello no tenía ningún tipo de sentido, y ahora estaba en otro lugar desconocido.

- ¿Qué pueblo es este? ¿Te dijo ella si el hechizo había funcionado?

- Te hicimos algunas pruebas anoche y, en efecto, el hechizo fue efectivo. - Hizo una pausa en la que sonrió -. Estás en la ciudad Maleficia.

Así que estaba al otro lado de la ciudad.
Maleficia significaba "brujería" en latín, todo conservaba su nombre original por respeto a los antiguos. Lo que no sabía, era qué hacía a cientos de kilómetros de Maledictionis, mi tierra.

Al menos podía estar segura de que por fin era inmortal, y no envejecería. Pero eso seguía sin explicar por qué mi profesora, a la que tan cercana era, me mandó a ese lugar.

- Yo solo puedo comprobar tu estado y regenerarte, - dijo, entonces observé su marca que era visible, en su cuello; era una bruja blanca. - para obtener información sobre tu ingreso aquí, habla con el director. Su despacho está al lado. - sonrió.

Asentí con confusión y me levanté con el horario entregado en mis manos. Pude ver cómo al otro lado de las cortinas que separaban el lugar y estaban algo abiertas, había otra camilla con otro chico que yacía dormido en esta y que me era familiar. Su aspecto incluso dormido era atractivo e intimidante... Extraño que yo pensara en esas cosas. Su torso estaba desnudo, y se podía ver en su clavícula derecha la marca que tenían los brujos ignos; unas llamas con apariencia de quemadura.
Sin nada más que hacer con él, ya que dormía, me fui. Aunque tenía que admitirlo, sentía cierta curiosidad por él, pero una curiosidad curiosa a su vez, y falsa. ¿Realmente me interesaba?

𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora