❝ Cuarenta y dos ❞

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...

RA-YEON

Tenía cierta intriga por lo que fuera a pasar en la biblioteca.

Ya había comido con Momo y Sana, y su noticia no era nada nuevo o que no hubiera visto minutos antes en forma de secreto en los pensamientos de Momo. Estaban saliendo, pero lo tenían que esconder ya que ambas poseían una parte de su aura de color rosa.
Odiaba esa regla estúpida, era más que visible que eran compatibles. Deseaba que, si en algún momento llegaba a ocupar el puesto de original, pudiera cambiar algo.

El resto de la tarde, hasta la hora dicha, estuve estudiando mitología por mi cuenta. No creí que pudiera concentrarme con Jungwon al lado, teniendo aún el recuerdo vivo de sus palabras, que resonaban en mi cabeza. "Celoso", ¿Y si, después de todo, Momo tenía razón?

No quería hacerme ilusiones, de todas formas.
Además, la hora ya había llegado, y no sería necesario pensar mucho más cuando estaba de camino a la biblioteca para tenerle al lado y descubrir qué era lo que le animaba tanto a quedar conmigo por la tarde.

Los pasillos estaban más vacíos de lo habitual. El ambiente era tenso, y no solo por la situación que yo estaba viviendo. Era en general. Una especie de aura morada, superficial, perjudicial. Ponía a todo el que salía de su cuarto protector en peligro de inmediato. Comenzaba a estar asustada. Nadie de quienes andaban por allí parecía saber qué pasaba, si era cosa de uno mismo, por su propia incomodidad con el entorno, o es que todos estábamos igual de tirantes por alguna razón lógica que aún no había sido explicada. O si iba a suceder algo de lo que no estábamos advertidos, pues era sin previo aviso.

En cualquier caso, olvidé eso rápidamente cuando me crucé con Jungwon a mitad del pasillo y me miró cómplice.

- ¿Vamos? -se giró por completo hacia mí.

Asentí y seguí andando hacia delante, para avanzar en mi camino hasta la biblioteca, pero me frenó. Me tomó de la mano y salimos por la puerta principal que se encontraba tan solo unos pasos más atrás.

- ¿Qué haces? ¿No íbamos a estudiar?

Tocó mi mochila y la hizo desaparecer de un toque. Eso me sirvió para percatarme de que él tampoco la llevaba y que, desde un primer momento, su intención no era estudiar si no hacer lo que quisiera hacer, donde sea que me estuviera llevando.
Me hizo un gesto posando su dedo índice sobre sus labios para que no dijera nada en todo el camino, y siguió caminando de mi mano por el patio hasta salir del recinto.

La gente, incluso fuera del instituto, seguía dominada por aquella mala energía que había envuelto Maleficia y, probablemente, todas las tierras de las brujas. Vi a Beomgyu sentado junto a Taehyun y Wonjin en unos bancos y tampoco parecían muy alegres, incluso se les veía incómodos. Wonjin se frotaba la tripa como si un dolor punzante brotara de ella, y Taehyun parecía mareado al estar recibiendo aire de los apuntes de Beomgyu.

En mi caso, ya no estaba percibiendo nada. Dejé de hacerlo en el momento en el que me crucé con Jungwon y él tomó el control total de mí para llevarme al lugar desconocido al que íbamos.

Forzó su agarre justo cuando llegamos a lo que parecía el final de un bosque, la tierra descendía. El suelo se encontraba a unos metros debajo de nosotros, era un pequeño precipicio que dejaba ver un hermoso abismo debajo. Parecía de ensueño, el cielo.

No tuve casi tiempo de admirar el paisaje hipnotizante desde arriba. Jungwon rodeó mi cintura con su otra mano sin soltar la que ya tenía agarrada, se acercó un poco, me sonrió y se dejó caer junto a mí hacia el lado.
Iba a gritar hasta que me di cuenta de que llevaba un hechizo para volar y, en vez de decir algo, decidí disfrutar el momento y dejarme llevar por la brisa que él controlaba.

𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora