❝ Cuarenta y uno ❞

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...

JAKE

La reunión que solicité con las originales no fue tan mal como pensé; me trataron bastante más bien de lo que esperaba.
Me hablaron de Ra-yeon, y me explicaron por qué ella sería quien llenaría el posible hueco que quedaría cuando tuvieran la batalla con el otro reino desconocido. Lo entendía perfectamente, y lo prefería. En caso de que tuviera que convertirme en un original de repente, no estaría preparado. Prefería que fuera ella quien se encargara de ocupar el puesto.

En ese momento, Ra-Yeon y Jungwon se encontraban en clase de mitología. Sunghoon estababa bastante raro y no hablaba mucho. Esperaría pacientemente a que me contara qué había pasado. Imaginaba con quién tenía que ver.

...

RA-YEON

Jungwon y yo estábamos en clases de mitología, estudiando los dioses griegos que, aunque no servían de nada, era bueno conocerlos aunque se me fueran a olvidar en las próximas horas en las que estuviera con él.

Si de normal me ponía nerviosa, teniendo en cuenta la situación del día anterior, me avergonzaba más.
No estaba arrepentida, para nada, de hecho. Tampoco creía necesario contárselo, ya que él y yo no eramos nada, tristemente.
Sin embargo, no podía evitar sentir aún el tacto sublime de Sunghoon sobre mis labios. Me volvía tímida de inmediato al recordarlo, y luchaba conmigo misma por quitar el recuerdo.

No estaba prestando atención a lo que decía el profesor, y creo que Jungwon tampoco. Tanto él como yo estábamos haciendo deberes de otras asignaturas mientras que hablábamos, una mala idea la del profesor al dejar que nos pusiéramos juntos.

De repente, cuando volví a recordar el tacto de los labios de Sunghoon y me centré exclusivamente en el papel viejo y la pluma con tinta para distraerme, sentí una mano en mi hombro. Me giré, y Jungwon estaba sonriéndome.

- ¿Te gustaría que estudiáramos juntos esta tarde en la biblioteca? -cuestionó.

Asentí sonriente y volví a fijarme en mis hojas, vacías de concentración. Apenas había escrito correctamente dos palabras y el resto eran solo garabatos sin sentido, que a su vez eran un intento de tomar apuntes, sin éxito.

Mi cabeza pensaba en todas las cosas a las que no quería seguir dándole importancia. Tampoco iba a quedarme más tranquila si le decía a Jungwon lo que había pasado, así que no había manera de que esos pensamientos cesaran sin más. Ni siquiera sabía como él podría reaccionar, pero seguro que bien, no.

...

Fue de lo más complicado prestar atención a las explicaciones, si es que se puede considerar que lo hice, lo cual creo que no fue así.
Una vez terminó por fin salimos del aula en dirección al comedor; era la última clase antes de comer.

Jungwon iba sonriente a mi lado mientras que yo caminaba, aparentemente sin rumbo alguno, aún cuando sabía perfectamente a dónde me dirigía, pero con los pensamientos en otr parte. En aquel lugar apartado del bosque, entre dos árboles que formaban un columpio con sus lianas.

Lo que sentía no era anhelo. N quería que volviera a suceder, era más bien culpabilidad y al mismo tiempo emoción porque no estaba para nada arrepentida de lo que hice; me gustó y no sentía que hubiera estado mal.
Pero por alguna razón, creía deberle una explicación a Jungwon. Comenzaba a querer contárselo. ¿Me quitaría un peso de encima, o sería todo peor?
No me gustaba pensar eso, no era para nada agradable y ni siquiera era lógico. Nunca me había sentido así y siempre había hecho cosas ilegales de las cuales jamás quise olvidarme, tampoco me sentí mal por ello. Jamás me llego a importar que estuvieran mal hechas y tuvieran condena. Aquello era diferente.

𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora