...
RA-YEON
Antes de ir, fui volando hasta el dormitorio de Myeong-suk y la llevé junto a mí en un hechizo, que hizo que se metiera en un frasco. Ese solo se podía hacer con las brujas blancas. Metí este en mi bolsillo y continúe.
...
Llegué y lo primero que vi fue fuego.
Las tierras de las brujas ya no estaban en el subsuelo, como hacía cientos de años. Es decir; en el infierno. Ahí abajo solamente se conservaba ese espacio, y lo que eran sus hogares y las zonas comunes y comerciales, estaban arriba.
Era una isla apartada de las tierras de las brujas, aunque no tan lejana como el mundo humano, que se escondía de la misma forma que nosotros, con una capa mágica de invisibilidad que proporcionaba Gahyeon. Y el simple hecho de que la mantuviera estable por miles de años, decía mucho de su poder.
No hacía falta ni siquiera observar algún indicio de brujas con cuernos para darse cuenta, además de que era un hecho obvio y conocido. Los suelos eran de piedra de color rojo vivo con tonalidad granate en algunas. Entre ellas se veía la lava de la capa inferior, y algunas veces se podía apreciar que echaban chispas. Las casas y establecimientos eran negros como el carbón, con techos azabache en los que apenas se distinguía algo, como las tejas o la chimenea, que ni siquiera necesitaban ya que calor, no les faltaba.
Bajé cuidadosamente cuando localicé en el centro de las tierras lo que era el ayuntamiento central, ellas no estaban divididas en pueblos ni ciudades, si no que todo era lo mismo. Por eso allí podría encontrar toda la información de dónde estaba Ryujin.
El suelo quemaba incluso llevando zapatos, y me puse unos con una gran plataforma a propósito, pero estaba casi segura de que la suela se iba a fundir. En cualquier caso, era lo que solía pasar allí. En sus tiendas y boutiques vendían ropa con hechizos mágicos o materiales sacados de minas, que permitían que la tela fuera a prueba de fuego. Era una tecnología que en Phytagros no habíamos empleado aún, aunque no quisieran admitirlo. Eso también se veía afectado porque ellas tenían materiales distintos a los nuestros. Al fin y al cabo, vivían sobre el mismísimo infierno.
Saqué de la mochila que llevaba, reforzada para que no me robaran, unos guantes. Me los coloqué e hice bien, ya que incluso con ellos, cuando fui a abrir la puerta del ayuntamiento presionando levemente, sentí esta arder. Ellas apenas sentían eso, pero yo podía quemarme y no poco.
Cuando lo hice, dejé ver a mis ojos un gran edificio completamente oscuro, igual que por fuera. En ambos lados había escaleras hacia el oculto piso de arriba, y en medio de toda la gran sala, un mostrador con un brujo satánico de aspecto viejo y grandes cuernos que vestía un traje rojo.
Me acerqué algo presionada por los aires de superioridad que tenía, aunque todo el mundo los poseía por allí. Sin embargo, mantenía la cabeza alta para demostrar confianza.
- Buenas noches. - saludó a la par que bajaba sus gafas para juzgarme.
Me miraba con unos ojos penetrantes y arqueaba una ceja.
Allí siempre parecía ser de noche, aunque no era así.
- Buenas noches. - respondí -. Venía a ver a Shin Ryujin. ¿Puedo saber dónde se encuentra?
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𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓
Viễn tưởng𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 | "Las originales quieren verte". Ra-Yeon desconocía dónde se encontraba. La joven aventurera estaba al otro lado de las tierras de las brujas, y todo sucedió sin que ella lo provocara. ¿Qué había pasado? Ella misma tenía que descubrirlo...