...
RA-YEON
Dejé a Myeong-suk allí, y le informé de que iría a por ella más tarde.
Ese tipo de intercambios, de sacrificios por información, entre otras cosas, eran muy comunes en el mundo de las brujas satánicas. Y aunque las originales prohibieron contacto entre ellas y nosotras, era algo conocido porque no todo el mundo obedecía, incluida yo.
Nunca se supo por qué lo prohibieron habiendo una satánica, pero sí que había muchas especulaciones a raíz de insinuaciones que ellas mismas hicieron, y rumores que salieron de la nada.
Para mí, lo que más tenía sentido era que Gahyeon notara la gran diferencia entre su tipo y el resto, y estuviera de acuerdo en separarlos para que todo el mundo llevara a cabo una buena vida. Las brujas satánicas eran como sus hijas, las reales. Se crearon diferentes clanes, pero a todas se les inyectaba su sangre cuando nacían. Lo cuál era bastante terrorífico. Estas brujas llevaban la maldad en su ADN y era cierto que juntarlas con las demás, que eran libres de decidir qué querían ser, en su mayoría, hubiera sido un caos. Probablemente incluso tuvieron miedo de pensar que si todas las brujas adoptaban una personalidad como la de ellas, acabarían con la raza. O al menos con las originales, porque en ese caso habrían podido hacerlo.
En cualquier caso, yo iba de camino a casa de mis padres. Llevaba la carta que me enviaron en el bolsillo. Aún no la había leído.
Fui en el tren, y pisar Maledictionis de nuevo se sintió raro, extraño. Ver la ciudad exactamente igual, que no hizo ningún tipo de avance, me resultó demasiado triste. En Maleficia las obras, aumento de instalaciones... Todo eso era constante y normal. En Maledictionis, ni siquiera cortaban las enredaderas que crecían desde un balcón hasta el suelo. Todo estaba descuidado.
Posé mi mano en forma de puño en la puerta, ignorando por completo el ambiente de la ciudad. Ya no me gustaba. Nunca lo hizo demasiado, pero después de ver lo increíble que era el entorno de Maleficia, menos aún.
Iba a tocar, pero antes decidí leer la carta. Saqué el papel arrugado de mi bolsillo y lo aplané como pude para leerlo.
“Ra-yeon, no nos gustan este tipo de amenazas.
Sabemos que no vas a ir, y que solo tratas de que tengamos miedo y nos veamos presionados a decir algo, pero no estamos mintiendo... No sabemos nada.
Podrías dejar de actuar de forma irresponsable. De todas formas, si quieres que hablemos y te ayudemos, puedes venir a vernos.
Mamá.”
“Todo es mentira”, pensé.
¿En qué más me estarían mintiendo? Ya no podía actuar normal. Y no estaba siendo irresponsable como ella insinuó. Desde luego que nada iba bien.Si querían verme la cara, iban a hacerlo. Di finalmente dos golpes secos y fuertes en la puerta, llenos de agresividad.
Se abrió rápido, dejando ver a mi padre un tanto asustado, preguntándose quién podía ser. Cuando me vio, expresó sorpresa y me miró de arriba a abajo. Sonrió y fue a abrazarme, pero yo no pude hacer otra cosa que rechazarlo y pasar por su lado, chocando su hombro contra el mío.
— ¿Has crecido? Estás hecha toda una mujer. — musitó mientras caminaba tras de mí.
— No lo sé. — respondí cortante.
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𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓
Fantasy𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 | "Las originales quieren verte". Ra-Yeon desconocía dónde se encontraba. La joven aventurera estaba al otro lado de las tierras de las brujas, y todo sucedió sin que ella lo provocara. ¿Qué había pasado? Ella misma tenía que descubrirlo...