❝ Cuatro ❞

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...

RA-YEON

Estaba en mi cuarto, tallando una figura de madera con un cuchillo cuando me asusté y dejé caer la figura. Un ruido se hizo presente, los golpes en la puerta. Tzuyu sin embargo se mantenía quieta, probablemente estaba en trance.

- ¡Pasa! - grité para ver quién era el propietario de los golpes.

La puerta se abrió y pude ver a Heeseung, le hice un gesto con la barbilla para que entrara.

- ¿Y eso? - señaló el cuchillo en mi mano.

- Oh, cierto. - recordé la figura de madera vieja en el suelo y me agaché para agarrarla -. Estaba tallando esto. - se la mostré.

- ¿Es tu lechuza? - preguntó

- Así es. - señalé la jaula de Baedal sobre mi cama.

- Se parece bastante. - sonrió y volvió a apuntar al cuchillo con su dedo -. Iba a decirte que este no es un buen sitio para cometer suicidio.

- Ah, gracias. - fingí estar ofendida y me crucé de brazos.

Heeseung rió -. ¡No! Después iba a darte apoyo moral y todo eso.

- Bueno, por ahora no quiero morirme, la verdad. - suspiré -. ¿Por qué venías?

- Ah, sí. - me miró -. Jungwon te busca. Es el delegado de tu clase y tiene que preguntarte por un club al que unirte.

Asentí y Heeseung se fue una vez hizo lo que debía. Yo me preguntaba qué clubs había.
Las asignaturas que dábamos eran alquimia, mitología, matemáticas, lo que era una mierda, coreano, latín, inglés, biología, brujería, magia negra para las brujas negras como yo, magia blanca para las brujas blancas, defensa personal y educación física. Quienes no eran brujos blancos o negros practicaban magia avanzada.
Sin embargo había algunas que estaban en mi instituto en Maledictionis, y en Maleficia no. Por ejemplo, geografía y artes.

Salí de mi cuarto una vez guardé la figura tallada de Baedal y fui a buscar a Jungwon. Estaba cerca de mi habitación, esperando en el pasillo.

- Hola. - me sonrió muy amablemente.

Sonreí e hice una pequeña reverencia, me llevó a la sala del consejo estudiantil que se encontraba vacía y me dio unos papeles.

- Tienes que marcar la que quieres y rellenar con tus datos. Las opciones son natación, un deporte opcional entre los que pone ahí, geografía y artes. - informó señalando la hoja.

Bien, consideré natación pero me di cuenta de que era imposible.
Mis padres me habían dicho que debía esconder la marca de mi espalda. Era por eso que nunca me ponía ropa que dejara ver la zona superior de esta, y el bañador probablemente lo hacía. Además, era probable que la vieran las chicas en los vestuarios.
Desconocía por qué debía ocultarla, pero me lo dejaron tan claro que preferí obedecer. Lo mío, al fin y al cabo, era romper las diez leyes de las brujas:

- No ir al mundo humano ni comunicarse con ellos.
- No hablar con las originales ni hablar mal de ellas.
- No defraudar a alguien del mismo clan, ni dañar a brujas del mismo tipo.
- No fabricar amuletos y entregarlos a otros que no sean el propietario.
- No interferir de forma romántica con alguien del mismo aura.
- No es posible el divorcio.
- No se puede utilizar la magia avanzada para situaciones cotidianas o pacíficas.
- El daño infligido en alguien de familia cercana será devuelto multiplicado por tres.
- Equilibrio: Se debe estar en paz con la naturaleza y el entorno.
- Prohibido hacer brujería relacionada con el demonio y relacionarse con brujas satánicas.

𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora