❝ Treinta y dos ❞

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...

RA-YEON 

Había muchas cosas que hacer en ese momento. Cuanto antes, y Jungwon lo sabía.

Según Ryujin, ya había obtenido el poder, solo que tardaría en activarse o eso decía. "En cualquier momento cercano mirarás a alguien y verás su mayor misterio oculto, o tal vez el más pésimo y vergonzoso", 

Había intentado hacerlo con Jungwon, pero no funcionó. No me extrañaba que no se activara con él; era alguien que concentraba muy bien su energía, cada parte de su mente y sus pensamientos. Podía esconderlos. Y era prudente, sabía que alguien podría leerlos y por eso lo hacía. Aunque dudaba de que me escondiera algo a mí, estaba segura de que lo sabía todo. Lo de su familia, al menos. Eso era un secreto que tan solo yo y los chicos sabíamos. 

Ese día íbamos a fabricar el amuleto para Momo e ir a dárselo. Aún me cuestionaba si debía de hacer algo más como, por ejemplo, transformarla en bruja. Pero era arriesgado, mucho... Solo que más seguro. El amuleto la protegería, pero no podía estar segura de que sería así ante una bruja satánica o varias. Ellas tenían poderes ocultos y secretos que nosotros no sabíamos por el simple hecho de que estaba prohibido. 

Primero le haría el amuleto, se lo daría para mantenerla a salvo, y lo pensaría con ayuda de Jungwon. 

Antes de nada, comeríamos. Después de estudiar brujería durante horas, era lo más necesario. 

- ¿Qué vas a elegir hoy? - me preguntó Jungwon, andando junto a mí de camino a la barra para coger nuestras bandejas.

- No lo sé. Te dejaré que me recomiendes algo. 

- Me tomaré eso con mucha libertad. 

- ¿Es una amenaza? - cuestioné riendo.

- Es un aviso. - su tono era sonoro y profundo, casi intimidante y me generaba cierta curiosidad. También era algo travieso, diría que estaba jugando.

- Me das miedo...

Jungwon rio para sí mismo y se dirigió apresuradamente al mostrador, señalándome la mesa con la mano, llena ya con nuestros amigos, indicándome que me sentara y esperara. No tuve más remedio que dejarle disfrutar de su momento, de tenerme curiosa, así que le hice caso.

Me senté junto a Sunghoon, dejando un hueco vacío a mi lado donde se sentaría Jungwon. Saludé a los chicos mientras tanto, y mi mirada se quedó clavada en Jay, haciéndome recordar que tenía que hablar con Hyo-ri. 

Miré a un lado, Sunghoon usaba peligrosamente su móvil bajo la mesa. Jugaba a una especie de juego que se me hacía familiar, recordé que dijo algo sobre un juego online y me lo mostró aquella vez en la que estuve en su cuarto por la noche. 

- ¿Se supone que aquí hay señal? - interrogué sin entender cómo había logrado utilizarlo si, según lo que me explicó, no había. Él podía usarlo en su cuarto porque compró una serie de cosas que a su vez manipulaba con magia, haciendo que funcionara milagrosamente, pero allí, con todo el comedor lleno, no podía llevar todo eso.

Me miró y sonrió, escondiendo algo más el teléfono al darse cuenta de que era muy obvio.

- No lo sabía, pero sí. Creo que es por los profesores. Sus oficinas están al lado y llega el internet. Una vez me colé en el despacho de la maestra de biología y vi que tenía un portátil, tal y como los humanos.

- Sí que esconden cosas... - musité a modo de queja, porque luego nosotros no podíamos ni nombrar a los humanos sin recibir una mala mirada.

Asintió.

- El caso es que estando ahí metido, conseguí la contraseña. La muy olvidadiza la tenía apuntada en un papel muy visible. - rio.

Me acerqué un poco más, poco disimulada, para ver cómo jugaba. Cuando noté una presencia sentarse a mi lado y escuché su tos alta y fingida. Me giré para así ver a Jungwon, con un solo plato de apariencia muy apetecible. 

- ¿Yo no como, o qué? - fingí un tono indignado.

Jungwon dejó el plato en la mesa y me mostró dos tenedores en su mano, me dio uno de ellos.

- Es muy grande para que me lo coma yo solo, así que he pensado que podríamos compartir... - sonrió.

Eso... Eso hizo que mi corazón se acelerara desesperado, sin previo aviso. Que se agitara como si nada por algo tan pequeño e insignificante. Pero asentí, porque era eso o hacerle el feo y no comer, aún cuando estaba nerviosa. 

El plato eran setas fluorescentes, de las que mejor fama tenían allí. Con su sombrero color azul, que ya había perdido pigmentación al ser cocinado en la sartén. Una gran cantidad de pasta suficiente para dos personas, y hierbas aromáticas como especia. También había unos pequeños arándanos en la esquina del plato. Los señaló y dijo "esos son para ti". 

- Eso es un plato de dos personas. Es imposible que te hayan servido todo eso solo para ti y...

- Cállate. - ordenó a Heeseung.

- Qué bueno está esto... - murmuré mientras probaba la pasta.

La pasta que había enrollado en el tenedor comenzó a desaparecer hasta que solo quedó una fina tira de espagueti. Fui a comerlo, y la intención estaba ahí. Sin embargo, algo tiraba de él, algo que me ponía nerviosa. Lo solté del tenedor y miré hacia arriba dándome cuenta de que Jungwon estaba a tan solo unos centímetros, aguantando la risa y mostrando los hoyuelos en el intento. Con los ojos entrecerrados al mostrar la sonrisa reveladora y aún sosteniendo el espagueti. Los nervios a flor de piel, la mirada de todos nuestros amigos puesta en nosotros.

Mordí el espagueti y le dejé lo restante a él, escondiendo el rostro entre mis manos, completamente rojo, ardiendo. Lo miré de reojo y seguía riéndose mientras trataba de tragarse la pasta. Luego miré a todos, quienes se reían de nuestras expresiones, menos Sunghoon. Este jugaba a su juego sin haber probado bocado de su aperitivo, y más serio de lo normal.

Por alguna razón, cuando pasé velozmente la vista por Jake sin darle importancia, la clavé en él. Me quedé mirando  su frente, sintiendo que algo importante vendría a mí. Algo en forma de secreto. 

"Tengo una marca en la espalda la cual me obligan a mantener escondida, sin saber por qué. Alguien más puede tenerla, pero no sé quién"

Me quedé en silencio preguntándome cómo era eso posible. ¿Qué teníamos Jake y yo en común? ¿Qué significaba aquella marca? Era algo que aún no había querido descubrir, simplemente porque la forma más sencilla era hablar con mi padre y aún no estaba preparado para aquello. Sin embargo, en ese momento la curiosidad me invadió, y no solo quería contárselo a Jungwon y buscar su ayuda, sino también investigar, hablar con mi padre, y preguntarle a Jake si tenía algo más de información. 

...

𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora