...
RA-YEON
Salimos de la habitación, atravesando el marco de la puerta y siendo seguidos por Tzuyu.
Jungwon aferraba su mano a la mía con total seguridad, dando a entender que no pensaba soltarla.
Tenía miedo. No podía ni imaginarme lo que pasaría después de todo aquello, ni creer que por fin sería una original, aunque estaba muy asustada por eso. También muy emocionada, pero era cierto que habría preferid9 que nada de eso hubiera pasado, y así poder seguir con mi vida pacífica, ya que no sabía qué haríabdespués de encontrarme con una de las dos originales restantes. Si me iría con ellas y comenzaría una vida totalmente distinta o, por el contrario, me darían tiempo para adaptarme a mi nueva ocupación.
La segunda opción tenía más sentid,o pero lo cierto es que en las condiciones en las que estábamos y sin saber si era posible que existieran aún más reinos de brujos, hacía mucha falta que el equipo de originales estuviera completo. Y no solo por eso, sino también para castigar a quienes rompieran las leyes. Estas me seguían pareciendo estúpidas, pero no creía que tuviera oportunidad de cambiarlas. Ni siquiera estaba cerca de ello.Fue nada más salir del edificio cuando, en el patio, vimos frente a la puerta a Sihyeon. Levitaba, sus pies no estaban posados en el suelo. Llevaba un vestido espléndido y de largura considerable de color azabache, y unos tacones altos. Debía de haberse cambiado, pues dudaba de que hubiera combatido con ese aspecto tan pulcro, sofisticado e incómodo.
Imponía a pesar de llevar la misma sonrisa de oreja a oreja de siempre. Su bastón y el de Rei tocaban el suelo y se apoyaba sobre la piedra preciosa de cada uno de estos, para elevarse. La gente, a los alrededores, se mantenía alejada y respetaban su espacio como nunca lo habían hecho con nadie.
Cuando los tres sacamos por completo nuestros cuerpos de dentro y pisamos el césped seco, Sihyeon clavó instintivamente su vista en mí. Pasó de contemplar el paisaje en mi espera, a no ver nada más allá de mi rostro. Su mano temblaba sobre el bastón derecho, que se agitaba. Parecía querer salir de su agarre en dirección a mí. Todo el mundo alrededor posó su vista en nosotros.
Tzuyu musitó un suave "suerte" y se alejó hacia la multitud. Jungwon se mantenía firme junto a mí, y no parecía que nada fuera a detenerlo. Ni siquiera los cientos de miradas sobre ambos. Miré a uno de los montones de gente, en él estaban todos nuestros amigos. Sunghoon miraba nuestras manos enlazadas con algo de tristeza convertida en una sonrisa apenada.
No era momento de pensar en eso.Cogí aire y lo solté con fuerza. Empecé a caminar hacia el frente. El bastón se agitaba cada vez más, temblaba.
Jungwon coordinaba sus pasos con los míos. Para él, que no tenía prácticamente nada que ver con la situación, el momento debía de ser de otra forma. Estaría emocionado, mientras que a mí se me aceleraba el corazón de nervios con solo pensar en el puesto que iba a ocupar.Terminamos de colocarnos frente a ella, por fin.
Sihyeon sonrió amablemente a Jungwon, y después su mirada se fijó en mí de nuevo. Su sonrisa era cómplice, afectuosa y decidida en ese caso.Miró el que era su bastón, y en cuestión de segundos este flotaba a su lado.
Extendió su mano ahora libre con delicadeza, elegancia y calma hacia mí.- ¿Vamos?
El bastón que me correspondía brillaba con intensidad cuando le regalé una última mirada, casi como si no aguantara más.
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𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓
Fantasy𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 | "Las originales quieren verte". Ra-Yeon desconocía dónde se encontraba. La joven aventurera estaba al otro lado de las tierras de las brujas, y todo sucedió sin que ella lo provocara. ¿Qué había pasado? Ella misma tenía que descubrirlo...