...
RA-YEON
El día comenzó con una enorme noticia, que ni me entristecía, ni me alegraba; no me provocaba nada. Y era que Myeong-suk estaba muriendo poco a poco. Ya se pudo apreciar su aura marrón que ni siquiera trató de esconder, y viendo lo que le pasaba, tal vez sus motivos eran que ya no le importaba. No sabíamos qué enfermedad era, pero sí que se pasaba el día yendo al hospital y a hacerse revisiones a la enfermería escolar. No iba a clase por "motivos médicos" y en más de una ocasión sus amigas han estado llorando sin tratar de esconderse, siquiera.
Por no hablar de que ella misma lo confirmó, un día en clase, sin más, la profesora le preguntó si quería decir unas palabras, la de biología. Ella salió a la pizarra poco contenta y con grandes ojeras y marcas rojizas en los ojos y habló diciendo que tal vez era de las últimas veces que la veíamos.En cualquier caso, en ese momento ese era el tema de conversación con Wonjin, pero cambió rápidamente.
Un búho que me resultaba familiar vino volando rápidamente en dirección a nosotros, sin ningún tipo de freno, a toda pastilla. Con el plumaje alborotado y una libertad peculiar. Casi se choca con la cara de Wonjin si no llega a ser porque este se agachó y acabó muerto de risa en el suelo.
- Ya puedes dejar de reírte. - avisé cuando el animal ya sobrevolaba el tejado, lejos nuestra. El problema era que yo también estaba empezando a encontrar graciosa la situación, cuando le vi la cara.
- ¡No me puedes decir que no me ría si tú también lo estás haciendo! - se quejó mientras extendía la mano, para que le ayudara a levantarse.
Negué mientras le ayudaba, y mantenía forzadamente mi expresión neutra que de vez en cuando dejaba escapar una sonrisa que, si dejaba fluir, me haría estallar a carcajadas.
Empezamos a andar hacia el comedor, dijo que tenía hambre.
- Ese búho me resultaba familiar. - suspiré -. Pero no sé de quién era.
- Lo cierto es que a mí también. - Wonjin parecía pensativo, pero dudaba de que realmente estuviera pensando.
Llegamos a la puerta del lugar y entramos, encontrándonos con la gente amontonada, en los mostradores, sentada frente a las mesas... Lo típico.
Dirigí mi vista a la mesa que solía ocupar con los chicos por si, de casualidad, ninguno de ellos estaba allí en ese preciso instante y podíamos sentarnos. Le había cogido cierto cariño a ese espacio. Sin embargo, sí había alguien en esos momentos. Sunghoon y un chico rubio, claramente teñido. Desconocía su nombre y su existencia en general, antes de verlo.
- Hay sitios libres en mi mesa aunque estén esos dos. - los señalé disimuladamente -. Y el rubio no sé quién es, pero quiero saberlo.
- Entonces nos sentamos allí. - murmuró casi ignorándome, leyendo la carta atentamente. Como si toda su vida dependiera de ello -. ¿Qué me recomiendas?
- Un bote de lejía. ¿No te jode? Vas y le preguntas a la que lleva aquí un mes, dos... No sé. Cuando encima tú eres de aquí.
La verdad es que había perdido la noción del tiempo. Y aunque no llevara tanto allí, ya había tenido un mal encuentro con las originales. No era la primera vez, pero sí el primero en unos meses, aunque ellas no se acordaban de mí, como estaba claro. Veían a miles de personas todos los días para juzgar a quiénes castigaban por el más mínimo detalle.
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𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓
Fantasy𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 | "Las originales quieren verte". Ra-Yeon desconocía dónde se encontraba. La joven aventurera estaba al otro lado de las tierras de las brujas, y todo sucedió sin que ella lo provocara. ¿Qué había pasado? Ella misma tenía que descubrirlo...