❝ Veintisiete ❞

724 113 35
                                    

...

RIKI

- Sunoo, ¿Tienes hambre? - pregunté desde mi cama, mirando hacia él, acostado en la suya.

Negó.
- ¿Por qué?

- Quería ir a por comida. - contesté.

- Pues ve.

No. No quería ir solo. De hecho, no tenía hambre. Lo que quería era estar más con Sunoo.
Hacía unos días discutimos porque nuestras mensajeras se pelearon. Su inteligencia les permitía tener una especie de relación entre ellas. Aunque no la tenían de verdad, pero a la vez sí. El caso es que tuvieron una "pelea de pareja" y eso hizo que Sunoo y yo tuviéramos también una. Por eso llevábamos unos días algo separados.

- Sunoo - volví a llamarlo, y me miró tras rodar los ojos -. ¿Te molesto? Vale, entonces no diré nada.

- No es eso - habló, pero lo ignoré sabiendo que aquello le daba especial rabia -. ¡Riki!

- ¿Hm?

- Sí tengo hambre. - confesó.

Sonreí para mis adentros, y un poco por fuera.

Me levanté de la cama y me acerqué a la suya. Me miró expectante, y en vez de decirle algo como "vamos a la cafetería", me senté a su lado y me quedé observándolo. Él no estaba haciendo nada, solo jugaba con sus manos pero en ese momento paró para batallar la mirada que le estaba dando.

- ¿Qué quieres? - pregunté sin poder mantener el silencio -. ¿Vamos a por helado, fruta, o...?

- Helado - sonrió un poco -. De fresa.

Le tendí la mano para ayudarle a levantarse y, para mi suerte, la agarró. No esperaba que su personalidad terca le fuera a dejar hacerlo.

Eso me hizo sonreír, y sonrojarme. Le daba la espalda para guiarlo conmigo hasta fuera, pero se colocó a mi lado y tuve que mirarle de reojo.

Él también estaba rojo. Sus mejillas de un tono carmesí.

Escuchamos un pequeño golpe y un aleteo fuerte detrás nuestra, nos giramos y Mi-sun y Shiro estaban fuera de sus jaulas dándose amor entre ellas. Estaban acurrucadas juntas, esa era su forma de demostrar cariño.

Y también la de Sunoo, yo lo había comprobado. Y nadie más lo iba a hacer, claro.

Sunoo sonrió cálidamente y me miró, forzó el agarre de mi mano.
Le sonreí y abrí la puerta esperando salir, y ahí nos soltamos por la vergüenza de que nos vieran así.

Lo hice rápido a propósito, adoraba estar así con él pero no estaba preparado, me ponía nervioso.

...

RA-YEON

Desde la tarde anterior con Jungwon, no había parado de pensar en cosas. Cosas que me gustaban, y al mismo tiempo no.

Yo no era una persona que se negaba sus sentimientos a sí misma. Sin contar la maldición de Jay, con ella no era yo realmente, y al principio no podía aceptarlos. Pero en general, era bastante abierta. El problema era no saber identificarlos.

𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora