❝ Diez ❞

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RA-YEON

Después del desagradable descubrimiento del día anterior, decidí que investigaría sobre el tema hasta dar con algo, pero sin excederme.
Ese mismo día, lo que haría sería preguntarle a mis padres sobre la maldición, si ellos sabían algo o nuestra familia tenía más secretos de los que yo sabía. Les escribiría cuando volviera, ya que en ese momento había salido con los chicos. Beomgyu también vino junto a sus dos amigos; Taehyun y Wonjin.

Estaba intentando centrarme en otros, que me hablaban y sonreían, como por ejemplo Sunghoon, Jungwon y Jake. Tenía que tratar de ser más fuerte que la maldición, y poder estar en el mismo lugar que Jay e intercambiar palabras sin sentir ningún tipo de tristeza o agobio. Claro que no iba a conseguirlo del todo, porque por algo, quien me maldijo, se encargó de hacérmelo imposible, pero siempre estaba la opción de intentarlo.

Para mí y el susodicho, que queríamos seguir viendo lugares recomendados de la ciudad, compraron unas entradas para un acuario que recogía todas las especies marinas tanto de Maleficia, como de Pisrras, ciudad conocida por la abundancia de ríos y lagos en ella, que hacían que hubiera muchísimos tipos de peces distintos.

Ya habíamos entrado y, de momento, solamente habíamos visto los que eran considerados peces tropicales. Todos ellos ya los había conocido en un acuario de Maledictionis.

En ese momento estábamos entrando a la zona helada, con especies que solo aparecían cuando el clima era frío. Y se notaba, pues tuvimos que echarnos todos una capa extra de tela encima, estábamos congelados, ya que el lugar estaba ambientado para ellos. También había algunos pingüinos que trajeron del mundo humano, como bien ponía en los carteles. Me preguntaba de qué manera lo hicieron. Tal vez en un eterno viaje en barco.

Nos acercamos a una cristalera en la que había tipos de "delphini", es decir; delfines.

Estaba segura de que si los humanos, como por ejemplo Momo, veían las especies que habitaban en nuestras tierras, alucinarían. No eran comunes como los que ellos estaban acostumbrados a ver, si no que eran un verdadero espectáculo y muy agradables a la vista. Tal vez allí serían considerados arte y buenas piezas para conservar. Nosotros estábamos tan acostumbrados a las especies exóticas de cada ciudad y pueblo que simplemente los veíamos como amigos. Sobre todo las brujas verdes y marinas.
Y eso lo pensaba porque eran muy variados y, como pensaría un humano, raros; colores fluorescentes, lunares y rayas con patrones perfectos, ojos violetas, aletas donde normalmente no las había, organismos complejos, alimentación curiosa, y superpoderes, claro. Los acuarios allí siempre estaban llenos de brillo, color, y sucesos extravagantes que provocaban los propios animales.

Yo me adelanté un poco junto a Sunoo y llegamos antes a los delfines. Había uno "especial", que estaba solo. En un cubículo lleno de agua, bastante grande. En el cartel ponía "Delfín satánico, espécimen único. Se extinguieron hace millones de años y hace poco se hicieron experimentos para lograr conservar uno de ellos. Debe de estar solo, ya que matará brutalmente a todo ser que se le acerque. Se alimenta de almas de otros delfines."
Era prácticamente negro. Su rostro solo se distinguía por la característica forma de su boca, en pico, y el tono rojo pasión de sus ojos. Daba un poco de impresión, sobre todo porque se le notaba agresivo. A todo el que se le acercaba, en el primer momento, le intentaba atacar chocando con el cristal, que debía de estar hecho de un material bien resistente.

- Es increíble. - expresé sin ninguna emoción, porque estaba obligada a contenerla.

- Y que lo digas. - me respondió Sunoo.

𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora