Me llamo Samanta y tengo 25 años. Hace tres años vivo con mi novio, Martín, en un departamento propio en Buenos Aires. Ambos tenemos muy buenos trabajos. Él es músico profesional, nacido y formado en los Estados Unidos. Yo soy Manager de músicos y tours. Hace casi cuatro años trabajaba para una productora de eventos intercontinentales. Así lo conocí a él. Junto a mi grupo de trabajo organizamos un tour para su banda por todo América. Ese fue mi primer gran proyecto. Recuerdo que lo conocí unos dos meses antes de empezar el tour, ya que todo lo arreglábamos con su manager y no con la banda misma, sino hasta firmar el contrato. Yo no sabía nada de su banda, cosa que me apenó mucho cuando, después de la reunión, él se acercó a saludarme y en medio de la charla me preguntó que pensaba de su música y solo le dije “it’s ok”. Desde ese día escucho la música de cada artista con el que voy a trabajar.
Con el tiempo noté que en esa agencia era yo quien hacía la mayoría del trabajo y quien llevaba menos crédito, así que decidí abrir mi propia agencia, junto con la ayuda de Martin. Para ése entonces, su banda se había separado por “diferencias” (el cantante era una diva, adicto a toda sustancia habída y por haber que solo estaba en una banda por las gruppies, que sigue muy enojado con Martin y los ex miembros de la banda) y, como mis intenciones eran seguir en Argentina, en un ataque de locura él se vino conmigo. Nuestra agencia creció, pasó de ser algo nacional a trabajar en Sudamerica, después Latinoamerica y así hasta volvernos mundiales. Hoy “Samanta & co. Music” es una de las agencias musicales con más peso a nivel mundial y, para bien o para mal tengo muchísimas propuestas de trabajo. Tengo 15 personas trabajando conmigo, prefiero mantener algo chico pero serio y hasta ahora funciona… Ganamos bien, todos vivimos con un poco más de trabajo de lo que deberíamos pero sin problemas económicos de acá a varios años y lo más importante, lo hacemos porque nos gusta. Martín abandonó la agencia al año de fundarla y prefirió ser profesor de guitarra. Dadas las cantidades de gente que nos llama, tengo que decir que no a varias bandas, por eso tengo que evaluar todas las posibilidades de éxito, los pro y los contra antes de cerrar contratos… aunque a veces solo sigo a mi corazonada.