Capítulo 52

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Después de leer el mensaje de Martín, dejé mi celular en mi habitación y fui directo a tomar una ducha caliente. Me sentía mal en todas las formas posibles, me sentía digno de todo el desprecio que debería de caber en el cuerpo de Samanta.

Desde el momento en que la conocí no hizo más que estar a nuestra disposición y le pagué de la peor forma posible. Necesito verla, hablarle, escucharla, pedirle perdón, perdón que no merezco, pero sé que me lo va a negar y con razón. Pareciera que solo arruino todo lo que toco, todo lo que quiero.

Dejé caer el agua de mi cabeza a mis pies y por un momento hasta creo haber sentido alguna que otra lágrima caer y mezclarse con el agua que caia. No sé cuánto tiempo estuve ahí dentro, tampoco me interesaba mucho. Salí cuando golpes en la puerta me hicieron notar que ya era tiempo suficiente

- ¿Pensas salir? – dijo Tom desde el otro lado de la puerta. No respondí. Tomé una toalla y sequé parte de mi cuerpo y bruscamente hice lo mismo con mi pelo. Me envolví en un toallón y salí del cuarto sin decir palabra alguna - ¿Bill? – me llamó y yo solo seguí mi camino, dejando huellas de agua al pasar. - ¿Hablaste con Samanta? – insistió – No podés irte así como así, tuve a Jerry como quince minutos preguntando si estabas molesto con él por algo

- ¿Debería? – dije sin dejar de caminar a paso lento... sabía que no iba a dejar de hablar

- No, pero ya sabes como es... ¿Hablaste con Samanta?

- No, Tom. No hablé con Samanta y no creo que vaya a hacerlo

- ¿Por qué no? Yo creo que deberías, tal vez si vos – interrumpí

- Ya lo sabe, Tom. Martín me escribió que ya lo sabe – volví a sentir el enojo escalar por mi cuerpo, calarse en cada célula, así como también la tristeza. No es una buena combinación, para nada.

- ¿Cómo que... qué estás diciendo? – apuró su paso para quedar detrás de mi. Me detuve, al igual que él.

- Martín le dijo todo a Samanta

- ¿Por qué lo hizo? ¿No pensó en – volví a cortar su frase, mientras me giraba para quedar frente a él y así poder mirarlo mientras hablaba

- ¿En qué? – mi voz temblaba – él pensó en él y su relación, como corresponde. Yo no soy nada ahí y no tendría que pensar siquiera en eso, no debería. ¿En qué va a pensar? ¿En si le conviene al tipo con el que engañó a su esposa que ella lo sepa o no? No, Tom. Él tenía que decirle las cosas a Samanta. Decirle con quién hizo que o no era su decisión, no la mía ni la de nadie

- Pero vos trabajás con ella...

- ¿Y? Yo lo sabía, Tom. Tendría que haberte escuchado, yo lo sabía y tampoco hice nada por evitarlo. Es mi culpa

- No... bueno, sí, pero no del todo, Bill – dijo tomando mis hombros, mirándome serio. Sentía como las gotas que caían de mi cabello se escurrían entre sus dedos y mi piel, aun mojada. – Vos estuviste mal pero él... él estuvo peor. Él es el que estaba en pareja, no vos... y Samanta... si Samanta se la termina agarrando con vos es una estúpida. El culpable es Martín y punto

- ¿Y qué? ¿Después qué? – Tom me miró – nada. Ella no va a querer saber nada con Martín ni conmigo, por ende, con la banda. Soy un estúpido

- Te tardaste muchos años en notarlo

- Te estoy hablando en serio, Tom ¿podés tomarte esto en serio? – dije enojado, corriendo sus manos de forma brusca y volviendo a retomar mi camino - ¡Acabo de mandar el maldito tour a la mierda! ¡Acabo de mandar nuestro regreso a la mierda! – y acto seguido entre a mi cuarto, dejando la puerta cerrarse a mis espaldas con un fuerte estruendo.

Al entrar lo primero que escuché fue mi teléfono sonar. Como si fuera poco, me mandan mails de la agencia de Samanta comentándome las nuevas entrevistas ¿Playboy? ¿Es esto en serio? ¿Ahora? ¿Cuánto tiempo más iban a seguir apoyándonos? ¿Cuánto va a pasar hasta recibir una cita para cancelar los contratos? ¿Va a hacerlo ella? ¿Va a escribirme, siquiera? ¿Va a querer hablarme, verme? No, no y no. No va a querer, ni aunque se lo pidas de rodillas... y Martín. Dios.

¿Iba Martin a volver a los Estados Unidos? ¿voy a volver a verlo? Y me pregunto éstas estupideces como si fueran cosas importantes. Tom me mataría si lo vuelvo a ver. A veces creo que tengo un imán para buscar a las personas equivocadas, para buscar personas que me tomen como un juego, como alguien que podes tomar y dejar como si nada, personas que creen que no siento, que no me importa y por alguna tonta razón creí que iba a ser diferente pero ¿qué cambia acá? Sí, hizo lo que esperaba, dejó a su pareja pero ¡su pareja era Samanta! Y lo que menos quiero es lastimarla a ella. Pareciera que entre los tres, pase lo que pase, al menos uno siempre saldrá perdiendo y, me guste o no, ese debería ser yo... como siempre. De ser otra persona podría estar bien, podría sentirme bien de saber que me eligió por sobre ella pero... pero es Sam. ¿Cuántas personas pueden decir que tuvieron una especie de aventura con otra persona en pareja y ésta termina cumpliendo la promesa de "la voy a dejar para volver con vos"? Pero bien sé que ésta no es una aventura más, no fue una cosa de decidir encontrarnos, de decidir acostarnos juntos. No lo decidimos, solo pasó y pasó porque había algo fuerte en el fondo, algo que nos llevó a hacerlo y sueno cursi, por dios, sueno más cursi que nunca pero es la verdad, es lo que pasó desde la primera vez que nos vimos y ambos lo supimos.

No fue hasta ahora que noté cuanto Martin intentaba evitarme, evitar que estemos solos, su nerviosismo, aún mayor que el mío... también recuerdo su expresión cuando Jerry me dijo que se iba a casar ¿Por qué no paré cuando lo supe? ¿Por qué no simplemente me alejé?

Con la cabeza llena de preguntas que nadie iba a responder, me vestí y recosté en la cama. Todavía era temprano para dormir pero no quería salir... para ser sincero, lo único que me levantaría ahora es un llamado de Samanta.

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