Capítulo 53

33 5 2
                                    

Me desperté por los golpes en la puerta de mi habitación. La oscuridad en la misma me hacía sentir estar en el medio de la noche, razón por la que no entendí por qué a alguno de mis padres se les daba por golpear a mi puerta cuando lo único que quiero es dormir, estar sola.

No hubo necesidad de responder al llamado que segundos después escuché pasos acercándose a mí – Sam – llamó mi mamá - ¿No vas a ir a trabajar? – Lo había olvidado por completo... de haberlo recordado no creo que hubiese ido igual, no puedo trabajar en éstas condiciones

- ¿Qué hora es? – dije dándome vuelta en la cama para poder mirarla, sentada a mi lado

- Medio día...

- ¿Ya? – dije confundida

- Sí, Sam, y quiero que bajes a comer algo

- No tengo hambre – respondí volviendo a mi posición inicial

- Desde que llegaste no comes nada y no te voy a permitir que sigas así – dijo más firme

- No me siento bien – repliqué, acurrucándome en mi acolchado

- Tu papá y yo estamos preocupados por vos, Sam... yo entiendo que sea un momento difícil pero necesitas levantarte, comer... no podes vivir a agua

- Después bajo – dije intentando calmarla... en verdad no tenía apetito ni ganas de levantarme y ella no lo entendía ni lo iba a entender

- Vas a comer y te vas a dar una ducha – respondí con un gemido leve, dejándola tranquila que luego lo haría... sólo... no ahora – y tendrías que avisar en el trabajo al menos que no vas a ir

- Yo soy la jefa – dije de mala gana ya

- Pero hay gente que responde por vos

- Para algo está Lia también – volví a girarme a su lado

- No podés dejarle la responsabilidad a esa Lia sin decírselo – decía mientras se levantaba y comenzaba a caminar – acostada no vas a mejorar nada, corazón – dijo más tranquila – te espero abajo.

Volví a recostarme con la mirada perdida en la oscuridad de la habitación... todavía podía escuchar a Martin dando vueltas en mi cabeza, todavía veía frente a mis ojos el mensaje que Bill le había enviado. Luego de varios minutos más torturándome con esas cosas decidí tomar mi teléfono y encenderlo... mamá tenía razón y lo descubrí al ver los montones de llamadas perdidas y mensajes de voz de los números de la oficina y Lia, además de unos pares de Martín. Llamé al trabajo y avisé que me sentía mal y que no estaba segura si ésta semana iba a ir. Acto seguido bajé a la ducha y luego fui a la cocina, dónde mis padres esperaban. Almorcé bajo la mirada de mis padres, que observaban cada uno de los pequeños bocados que comía. Lo único que quiero hacer es estar sola otro rato más.

Después de la comida volví a la habitación, aunque ya no me sentía del todo cómoda estando sola en la oscuridad. Me dirigí a la habitación de mi madre, tan iluminada como siempre, con una gran ventana que dejaba la luz del sol entrar. Una cama casi tan grande como la que yo tenía en mi departamento y un pequeño televisor que llevaba varias décadas en su lugar... nunca quiso cambiarlo. Ella estaba recostada leyendo y levantó la vista al verme entrar. Le medio sonreí y desde los pies de la cama me arrastré hasta llegar a las almohadas y ahí me recosté, a su lado, intentando no sentirme tan sola.

By Martin

"Tengo que volar de urgencia", dije. Me conocen, saben que no me iría porque sí. ¿Cuándo iba a volver? Eso no lo sabía... Me dieron la opción de seguir dejándome de titular en el instituto donde trabajo, conseguir algún suplente hasta que pueda volver, pero preferí simplemente renunciar, es obvio que no voy a volver.

GirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora