Capítulo 34

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- ¿A quién le estás escribiendo? - dije entre dormida, al escuchar el teléfono de Martin vibrar varias veces y verlo con el mismo en las manos

- Es Jessy, no era nada importante

- ¿Qué hora es?

- Las tres

- Acostate, Martin, y dormí un poco, en hora y media nos tenemos que levantar. - dije y volví a darme la vuelta para seguir durmiendo. Escuché su teléfono siendo apoyado sobre la mesada y luego uno de sus brazos rodeándome. Volví a dormir.

La alarma me despertó, eran las cuatro y media y de no ser por el avión que dentro de poco salía seguiría durmiendo. Miré mi teléfono y tenía respuesta de Bill. No vamos en el mismo vuelo, jm. Me levanté y vestí mientras Martin seguía durmiendo. Guardé la ropa de anoche en mi maleta y la acomodé junto a mi maletín y mi cartera ya lista para salir. Desperté a Martin. Ambos terminamos de prepararnos y bajamos a desayunar.

- ¿Te pasa algo? - pregunté

- ¿Por qué? - dijo indiferente, tomando un sorbo de su café

- Desde que te despertaste no dijiste nada

- ¿De qué?

- No sé, siquiera buen día.

- Buen día - dijo y sonrió burlón.

- ¿Pasó algo con Jessy?

- ¿Jessy?

- Anoche estabas hablando con ella

- Ah, no. No

Seguimos desayunando y el siguió sin hablar a pesar de mis intentos de hacerlo. El viaje se termina y todavía no vi nada, ni una señal del anillo. Volvimos al cuarto a buscar nuestras maletas, dejamos las llaves en recepción y fuimos al aeropuerto. En horas ya estaremos de vuelta en Buenos Aires y algo le pasa a Martin y no quiere decírmelo.

By Bill

- Bill, despertate... Bill... Bill, abrí la puerta - me removí en la cama hasta que reaccioné que no era un sueño, alguien golpeaba y llamaba a mi puerta. Confundido me levanté y abrí la misma. Tom estaba parado frente a mí - ¿No te pensabas despertar? - lo miré aun aturdido, dormido. Hablaba muy fuerte - Nos tenemos que ir, Bill - me alejé de la puerta y me dirigí al baño. Tom entró al cuarto detrás mío. - ¿Por qué estás tan cansado? ¿Perdiste la costumbre de los grandes shows? - se reía. - ¿Cuánto más vas a tardar? - seguía

- Me estoy lavando los dientes - dije con la boca llena de pasta dental, asomándome desde la puerta. Él estaba recostado sobre mi cama. Salí y él se sentó dirigiendo su mirada a mi mientras yo comenzaba a vestirme

- Todavía estamos a tiempo de cambiar la canción - soltó

- ¿Por qué lo haríamos? Ya lo arreglamos

- Porque sé por qué lo querés hacer.

- Bueno y por eso me parece una buena idea

- ¿Buena idea?

- Bueno, no. Pero igual estoy seguro - me di la vuelta para mirarlo mientras decía eso, aun subiendo mis pantalones

- ¿Así vas a viajar?

- ¿Así como?

- Con esa ropa

- Me pregunto lo mismo sobre vos - me burlé y ambos reímos. Terminé de ordenar mis cosas y tomé mi teléfono. Lo abrí y ahí estaba el último mensaje que Martin había enviado. No le había contestado. Me quedé en shock al leerlo y así me dormí, con el teléfono en la mano y la conversación abierta. Volví a leerlo, palabra por palabra "¿Le viste el anillo a Sam, siquiera? ¡No tuve el valor de dárselo! Y es todo porque no pude, no después de conocerte." No podía estar hablando en serio. Mi cuerpo volvió a tensarse. No puedo hacer esto. Miré a Tom mirándome desde la puerta ¿Vas a desayunar o no? Dejé mi teléfono en la cama, tomé la llave del cuarto y salí con él. Abajo estaban todos ya esperándonos. Hice de cuenta que todo estaba bien, tomé mi café y comí algo dulce. Me había quedado dormido así que tuve solo quince minutos para desayunar y luego salir todos al aeropuerto. Estaba nervioso y esta vez no era por la presentación, sino por saber lo que allá me esperaba. Primero y principal, ver a Samanta y no estallar de culpa en el intento. Fueron varias horas de vuelo en las que intenté dormir, ya que casi no lo había hecho en el hotel y escuchar música para mantener mi mente ocupada. Sabíamos que debíamos llegar directo a la prueba de sonido. Sam llegaba antes que nosotros. Mi cuerpo temblaba.

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