Estábamos riéndonos, Pumbi estaba al lado mío y del otro lado estaba Geo. De repente lo vi pararse y acto seguido se escuchó su voz - ¡Samanta! — dijo y todos sonreímos. Ya no faltaba nada y estábamos todos.
Su imagen solo dejaba ver profesionalismo y seriedad. Uno, sin siquiera conocerla, sabría que en lo que fuera que trabajara, iba en serio, solo al mirarla a los ojos.
Nos saludó uno a uno con un apretón de manos y una sonrisa, aunque Tom fue el único que no se la devolvió. — En verdad nos alegra que hayas podido venir — ella solo sonrió y asintió.
- ¿Tenemos tiempo para formalidades? — preguntó. Sabía por qué lo decía así que la invité a sentarse con nosotros — traje los contratos, si no les molesta. Hoy vuelvo a Argentina y me gustaría tener el tema resuelto. Podemos repasarlos punto por punto — decía mientras abría su maletín y sacaba unas carpetas. Diez, para ser exactos. Miré a mi alrededor, los chicos sonreían, Tom quería ocultarlo pero sé que esto es lo que todos queríamos, inclusive él. Nos dio dos carpetas iguales a cada uno, eran muchas hojas. Ella hablaba y nos explicaba cada punto, que haría ella, que haríamos nosotros. Estoy fascinado por su profesionalismo y seriedad. Samanta sonreía mientras hablaba, es muy expresiva al hablar, es de esas personas que mueven las manos y gesticulan mucho. Todos leíamos al ritmo que ella iba explicando e íbamos preguntando si no entendíamos algo específico, aunque fue muy poco. Como dije, explicaba todo muy claro, se nota que sabe lo que hace y dice.
- Entonces, si vos nos conseguís fechas y demás, no va a ser solo David el que decida si sí o si no, sino que es un 50 — 50 ¿Entendí bien? — dijo Tom.
- Exactamente. Tengo entendido que están siendo más "independientes" con respecto a la banda y, para eso, necesitan tomar todo tipo de decisiones. Claramente, la aprobación del Manager es importante, pero también la suya, así trabajamos en Samanta & co., dándole a los músicos la libertad de decidir los caminos que desean que la banda tome. — asentimos - ¿Alguna otra duda?
- No — dijo Gustav. — me parece un buen contrato, justo para todos, yo digo que firmemos. — Todos lo miramos. Gustav fue el primero en decirlo. Gustav.
- Lograste que Gustav diera su opinión y fue una muy buena, creo que no hay más que decir — dije sonriendo. Todos reímos.
- Bien, entonces, cada uno mire bien. Nombre y apellido acá y... acá. Firma en la primer y última hoja, junto a la aclaración. Yo firmaré cada uno también — y eso hicimos. Cada uno completó su contrato y se lo pasamos a ella. Ella firmó y selló las ocho carpetas con el logo de la agencia. Nos devolvió uno a cada uno y ella se quedó con cuatro. Tomó las otras dos carpetas. En ésta firmó ella primero y los cuatro en cada una. Ese era el contrato general, uno para todos y uno para ella. — Un gusto hacer negocios con ustedes, chicos. Les prometo que esto va a salir más que bien — todos nos apretamos las manos y yo me levanté a buscar algo con lo que brindar. — Y, para que hoy puedan dar una primicia, ya anoche me puse en contacto con algunas personas, si ustedes y David aceptan en un mes podrían estar en Latinoamérica — dijo sonriendo. Eso nos sorprendió y volvimos a brindar.
- Si siempre trabajás con esa eficacia creo que vamos a quedarnos permanentemente con ustedes — dijo Geo, aún con la expresión de sorpresa
- Después les comentaré bien de que se trata, pero ahora creo que la gente ya está entrando así que me voy a buscar un lugar allá antes que los ocupen todos — dijo mientras se paraba — mucha suerte.
Eso acaba de recordarme que ya era casi la hora, ya casi era todo oficial. Volveríamos a tener cámaras y reporteros y fans rodeándonos y estoy más que nervioso. Estábamos todos nerviosos. De repente, comenzamos a caminar de un lado a otro por la sala, yo temblaba, Tom también, puedo ver desde la distancia como mueve sus manos y las mete dentro de los bolsillos de su campera para disimularlo. — 15 minutos, chicos — dijo una voz femenina desde la puerta. Natalie se acercó a nosotros a ver que seguíamos bien arreglados. Ya era la hora de salir.
