Capítulo 44

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Salí aun preguntándome por qué había llamado, por qué en ese momento, por qué tenía que estar Sam en ese momento ahí obligándome a mentirle... tengo suerte que esas cosas no suelen llamarle mucho la atención y en tan solo unas horas seguro se lo olvida, más que todo con las cantidades de trabajo que tiene últimamente.

Busqué mi teléfono en mis bolsillos pero no logré encontrarlo... maldición, podría haberlo llamado, pedirle que no me vuelva a llamar... escuchar su voz y poder prestarle atención, sin tener que pensar que hacer para que Sam no me escuche, no pregunte, no se meta en la charla y yo poder escucharlo otra vez. Si ahora me preguntaran que me dijo, como sonaba, no sabría decirlo. La necesidad de cortar la llamada y escapar de Samanta me prohibieron poder prestarle atención y no se que era lo que más me molestaba de todo.

Caminé lento, tanto de ida como de vuelta, casi escapándole al tener que volver y enfrentarme a posibles preguntas de Samanta sobre por qué no le dije que Jessy nos había invitado a ir a su casa a reunirnos con su familia... no lo hice porque no lo hizo ella. Debería escribirle, ella me cubriría en esto... ella preguntaría ¿sabía ella que Bill y Tom eran famosos? ¿sabía ella que trabajaban con Samanta? Es imposible... no, no había forma de que lo supiera y no me lo dijera porque ella... ella algo sabía ¿qué tanto podía decirle sobre esta "mentira banca" sin que empiece a hacer mil millones de preguntas de por qué y por quién? Por eso no tenés que mentir, Martin, sos un estúpido, ni una te sale bien, ni una.

Entré al departamento para encontrarme a Samanta en la cocina, con el teléfono siendo sostenido entre su hombro y su cabeza, mientras hablaba y cortaba algo que no llegué a ver que era. Me quedé en el portal sin entrar en el mismo cuarto – Todavía no estoy segura de cuánto tiempo voy a tener. Sí, me encantaría ir. Lo voy a intentar pero todavía no tengo nada planeado para esa fecha – no llegaba a descubrir con quién hablaba. Entré y dejé las bolsas con la compra sobre la mesada mientras seguía escuchando su charla. Ella no me había notado entrar – Tal vez podría ir sola por unos días y ver qué tal. Sí, ya sé que quieren que esté más tiempo pero... Sí, pero tengo que mantener la agencia en pie ¿Y Jost? – al decir ese nombre supuse que tenía que estar hablando con alguno de los de la banda y eso hizo que un escalofrío recorra mi cuerpo. Al empezar a revolver entre las cosas que había comprado ella se dio la vuelta y me miró, le sonreí pero no correspondió al acto, sino que me lanzó una mirada llena de enojo y se fue de la cocina sin decir nada - ¿Cómo que no? – ella seguía hablando, como si yo no estuviera en la casa ¿qué había hecho ahora? No pude seguir escuchando lo que decía porque se encerró en la oficina a seguir la charla

By Samanta

Corté la llamada con Jessy y bajé a la sala de estar, rogando que Martín haya dejado su teléfono y así había sido. No me gusta hacer éstas cosas pero si no lo llamó Jessy ¿entonces quién? ¿Por qué me lo ocultaba? ¿Por qué me mintió? Tomé el celular y entré al registro de llamadas. El número no estaba agendado... el código era de Estados Unidos pero... ¿quién? Esperando que sea un número que yo pudiera tener comencé a marcarlo desde mi celular y el teléfono comenzaba a dar todas las coincidencias que número a número se iban achicando hasta llegar a un solo número... por qué... ¿por qué lo llamaría él? Seguí buscando en su teléfono... no tenía más llamadas de él y por puro instinto me dirigí a los mensajes, rogando encontrar algo que respondiera a mi pregunta. Mensajes de Jerry, Sebastian, Joseph... ahí estaba el número otra vez. Lo abrí, esperando encontrar algo que tenga que ver conmigo, no habían razones para que hablen de no ser de mi "- ¿Qué le dijiste? ¿Te das cuenta que Sam no se merece algo así?" Mis ojos quedaron fijos en la pantalla del teléfono, leyendo y releyendo esa oración una y mil veces, intentando entender que es lo que decía, que es lo que no me merezco, que es lo que no me dijo, por qué se hablan, por qué se escriben, por qué una llamada de Bill había hecho que el me mintiera ¿qué hay detrás de todo esto? Necesito hablar con Bill, necesito que él me diga algo, aunque ahora no sabía con qué podía encontrarme. Mi cuerpo temblaba, mis manos, por sobre todo. Dejé el teléfono de Martin dónde y cómo estaba y me dirigí a la cocina, en búsqueda de hacer algo que me mantuviera lo suficientemente ocupada y distraída para poder hablar y de una u otra forma no ponerme tan nerviosa. Comencé a preparar algo de cenar mientras colocaba el teléfono entre mi hombro y mi cabeza para poder hablar. El tono sonaba y sonaba hasta que atendió... - ¿Samanta?

- ¿Tom? - ¿me había confundido de número?

- Sí, Bill no te puede atender ahora – no, no me había confundido - ¿pasó algo?

- No... bueno, en realidad quería hablar con él sobre... sobre el tour

- ¿Qué hay con eso?

- Nada... era... quería saber como iban los ensayos – cortaría ya mismo de no ser porque quedaría mal. No, no me interesaban sus ensayos ahora mismo

- Bien, bien. Habíamos estado hablando con la banda y pensamos que sería bueno que estés durante el tour con nosotros, hay muchas cosas que querríamos que vieras y que mas o menos tengas una idea de como nos manejamos, quienes viajan con nosotros y demás...

- Suena bien – dije llena de indiferencia, en realidad

- Nosotros cuatro lo vimos como una buena idea y creímos que – lo interrumpí

- Todavía no estoy segura de cuánto tiempo voy a tener.

- Sólo si te interesa, claro... no estás obligada, es solo si querés hacerlo

- Sí, me encantaría ir.

- Entonces vamos a estar esperando tu respuesta... Las fechas ya las tenés, más o menos

- Lo voy a intentar pero todavía no tengo nada planeado para esa fecha

- Entonces no planees nada – rió

- Tal vez podría ir sola por unos días y ver qué tal.

- Mientras más mejor... los tour buses tienen lugar para todos y no es mucho tiempo, podrías venir más que "unos días"

- Sí, ya sé que quieren que esté más tiempo pero...

- Son solo quince ciudades – insistía

- Sí, pero tengo que mantener la agencia en pie

- Algo más de compañía no nos vendría mal – de tenerlo en frente seguro estaría poniendo esa media sonrisa que hacía siempre que quería hacerse el galán

- ¿Y Jost?- pregunté cortante. Escuché ruidos a mi lado, me giré y me encontré con Martín que me sonreía, como si nunca hubiese dicho nada... claro, porque no dijo nada. No pude evitar mirarlo de mala forma y dejar todo para irme directo a mi oficina en el primer piso

- No va a estar para esas fechas – decía mientras yo seguía caminando

- ¿Cómo que no? – ahora sí me entraban más dudas, si es que era posible, de cómo podían seguir trabajando con él.

- No, no puede o algo así...

- Si yo fuera su manager eso no pasaría – el rió... claro, él no sabía de eso

- Que pena que no lo seas – siguió y por unos segundos ninguno dijo nada

- Tom – lo llamé haciéndole notar que quería hablar de otra cosa

- ¿Sí?

- Seme sincero

- ¿Qué pasó?

- ¿Por qué Bill no me atiende el teléfono?

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