Capítulo 49

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La noche pasó rápido, a pesar de las preguntas y retos de mis padres. El "¿por qué sos vos la que se va y lo dejás a él en el departamento?" era algo que me esperaba llegar y que a pesar que les explique no lo iban a entender. No podía simplemente dejarlo en la calle ¿a dónde iba a ir?

Por la medianoche pude al fin recostarme en mi vieja habitación sin poder encontrar el sueño, me quedé pensando en la charla-discusión que tuvimos hoy con Martin. Todas y cada una de sus palabras resonaba en mi cabeza e intenté recordar como habíamos llegado a eso, recordé la llamada y que por eso todo había empezado y recordé el "Es una sorpresa" de Martín, recordé el mensaje de Bill en su teléfono - "¿Qué le dijiste? ¿Te das cuenta que Sam no se merece algo así?" – Había algo en todo esto que no llegaba a cerrarme... ¿Qué es lo que no me merecía? ¿Qué sorpresa? ¿Qué había entre todo esto?

Mi cabeza comenzó a trabajar y unir todos y cada uno de los puntos, no podía creer ni entender que Bill le escribiera algo a Martin... ¿Qué significaba ese mensaje? ¿Será que Bill sabía? Bill sabía todo ¿Era cómplice en la propuesta de matrimonio y esa era la sorpresa? ¿Habrá sido eso? Y Bill lo vio... Bill sabía que había otra persona, no hay razón si no para que le escribiera y el mensaje tendría sentido der ser así. Bill sabía que Martin me iba a pedir casamiento. Bill sabía que había una tercera persona en el medio y por eso el mensaje... Bill me estaba defendiendo cuando el que debía defenderme no lo hacía y me ignoraba... Me ignoraba por eso, dios mio y yo le hablé de esa forma y él solo me estaba defendiendo de Martin y yo no lo supe ver ¿cómo no lo noté?

La culpa me invadió al saber que le hablé así de mal cuándo él no tenía la culpa de nada, pero al menos ahora lo sé. Lo sé y sé que puedo pedirle perdón y darle las gracias. Él no debía siquiera preocuparse, somos solo socios, trabajábamos juntos, nada más y él decidió meterse, enfrentar a Martin, solo para defenderme. El corazón se me ablandó y alivianó al entenderlo todo y por un momento me sentí bien otra vez... al menos alguien se preocupaba por mí y con ese buen sentimiento caí dormida.

By Martin

No todo era tan fácil como llamar a un amigo y pedirle asilo. No podía irme del trabajo sin decir nada, también tenía que decirle a Bill que Samanta lo sabía todo y eso era lo más difícil.

Después de acabar la charla con Jake, sin darle más detalles de lo necesario, intenté calmarme para escribirle a Bill. Pensé que escribir al menos un millón de veces, escribiendo dos palabras y volviendo a borrarlas – Discutí con Sami – No, no – Samanta ya lo sabe – tampoco – Hablé con Samanta – Sí, así va mejor – decidió – no, otra vez no – decidimos que lo mejor era separarnos. Ya sabe de vos. Perdón si arruiné su contrato. – creo que no hay más que decir. Decidí enviarlo así como estaba y dejarme caer en mi cama, intentar acomodar mis ideas, entender lo que pasó tras esa discusión. Escuché mi celular a mi lado, sabía que era Bill y me daba miedo abrir el mensaje. Estaría maldiciéndome por haberlo déjalo al descubierto pero esto no era solo mi culpa, él desde un principio sabía que yo estaba en pareja y lo supo cuando nos tuvo en frente a ambos. Tomé el celular, dispuesto a encontrarme con cualquier cosa pero para mi sorpresa el mensaje no era de Bill, sino de Seb, compadeciéndose de mi situación, se nota que a Jake las noticias le siguen durando dos minutos en secreto.

En cierta forma ese mensaje me hizo sentirme mejor. El pensar en volver a mis amigos, a mi familia, a mi ciudad, a volver a vivir lo que vivía, a volver a empezar con el apoyo de ellos, de mis amigos, hacía que no me sintiera tan mal. Sí, había terminado con la vida que vengo formando hace años, la vida por la que dejé lo que solía ser, porque quise, pero lo hago por el bien de Samanta, porque la quiero, la aprecio, mas no la amo. No es ella la persona para mí ni yo soy la persona para ella. La ruptura y la forma en que pasó me rompió a mi también por dentro, lo sé, lo siento, pero no puedo seguir con ella cuando mi cabeza es rondada por otra persona, cuándo mi cuerpo solo desea otro cuerpo que no es exactamente el suyo.

Mis pensamientos fueros interrumpidos por mi teléfono sonando otra vez, lo tomé y vi el número aún sin agendar - ¿Qué pensás hacer ahora? - ¿No iba a decir nada más? ¿No iba a hacer comentario alguno de como acababa de arruinarle la oportunidad a su banda? ¿No le importaba siquiera?

- No sé... - suspiré al escribir esas dos palabras... No sé qué voy a hacer. Pasó hace un rato, no sé qué voy a hacer hoy por la noche cuando no duerma a su lado porque sé que se fue, menos sé que voy a hacer en general con mi vida. – Creo que volaré a San Francisco a lo de un amigo

- ¿Y Jessy? – contestó minutos más tarde

- No, no voy a ir a parar a su casa

- ¿Por qué no?

- Ella ya sabe de vos... de mí – siquiera sabía cómo decir que era lo que sabía. Un "nosotros" quedaba muy grande en esa oración

- Ya sé... por eso

- Ella no sabe quién sos, ella sólo sabe que soy el príncipe Encantador que apareció y cautivó – me burlé

- Cautivó... já. ¿qué tiene que no sepa?

- Ella cree que yo estuve acá con otra persona

- ¿No lo hiciste? - ¿Era esa pregunta en serio?

- ¡No! ¡Claro que no! ¿Por qué lo haría?

- No sé... por lo mismo que pasó conmigo

- No. – Envié el mensaje así, seco. Volví a escribir otro – No quiero que sospeche nada

- ¿Por qué lo haría? ¿Qué hay de malo en eso?

- No puedo simplemente un día acabar mi relación con la que iba a ser mi futura mujer e irme a lo de mi hermana para estar al lado de la persona que ella sabe que me gusta. Sería bastante idiota y poco precavido de mi parte

- ¿Yo te gusto?

- ¿A qué viene esa pregunta, Bill?

- Lo acabas de escribir

- ¿Y qué hay con eso?

- Nada... sólo que no esperaba que así fuera

- No habría terminado con Samanta de no ser así – Bill dejó de responder a los mensajes. Decidí escribirle uno más, para dar terminada la charla – Sólo quería que sepas que Samanta ya sabe de vos, por si te llama... o no. En otro momento hablamos.

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