Capítulo 14

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Estaba por escribirle a Sam, para ver si podía llamarla cuando regresaba del trabajo cuándo el timbre sonó. Al estar solo en la casa me tomé la libertad de andar en bóxer. Rápidamente tomé el primer pantalón que encontré y me lo puse, no pensé en una remera o calzado, no era necesario tampoco. Bajé rápido las escaleras y casi corrí a la puerta en la que me esperaba una imagen y reacción que no esperaba. Mi cuerpo se congelo al encontrarme a un chico rubio frente a mí. Lo miré por unos segundos hasta que habló

-          Yo... - yo solo atinaba a mirarlo fijo, inmóvil frente a él - ¿está Jessy? – ¿Jessy? ¿Jessy? ¡Mi hermana Jessy! ¿por qué la conoce? ¿quién es? Rasqué mi cabeza de forma nerviosa, buscando una respuesta

-          Jessy no... - no se siquiera que quiero decir, pensá. – no. – y negué con un movimiento de cabeza

-          Ah... - Mis ojos recorrieron el cuerpo entero del chico que tenía frente a mis ojos, como si fuera algo completamente nuevo, algo que no había visto jamás y así era. Personas vi muchas pero gente que lograse dejarme inmóvil muy pocas. Sentí la necesidad de verlo para recordar cada centímetro que podía ver de él, poco a poco, de abajo a arriba, de arriba a abajo. De pronto noté que estábamos ambos callados, alguien debía decir algo y antes de siquiera poder pensar que su voz volvió a mis oídos – Yo soy emm... Me llamo Bill, soy el chico de acá al lado – miré con atención su mano que rápidamente señaló la casa contigua, bajé la vista a su otra mano en la que traía una bolsa y otra vez el silencio.

-          Martín, un gusto – y le tendí una mano en forma de saludo. Sonreí. No sé cuántas veces sonreí en ésta corta charla – Ah... yo... yo soy el hermano de Jessy y ella – inhalá... exhalá... después hablá, Martín. Volvé a la pregunta ¿dónde está Jess? – no... se fue – fue lo único que mi cabeza pudo formar

-          ¿No vuelve?

-          No... sí. Sí, vuelve hoy pero... a la noche – Miré mi brazo e hice un recorrido que terminaba en nuestras manos aún entrelazadas. Sonreí al notarlo ¡¿qué?! Rápidamente lo solté – podrías venir más tarde o... si es urgente puedo llamarla – tal vez era urgente y era necesario que se quedara acá. Tal vez.

-          No... no, vengo mañana – volví a exhalar con fuerzas y a sonreír. No había dejado de mirarlo fijo, aunque él no lo hiciera. No sé por qué lo hacía ni por qué no dejaba de hacerlo. Lo supe cuando sus ojos encontraron los míos. – creo que... me voy – dijo simplemente

-          Sí... bueno... hasta mañana, entonces – sí, mañana. El comenzó a caminar de vuelta a su hogar, yo me recosté sobre el marco de la puerta y lo vi irse sin perderlo de vista. Me quedé parado aún después de verlo entrar a su casa, con la mirada perdida. Volví a entrar y simplemente me senté en el sillón, confundido ¿qué es lo que había pasado? Por unos minutos me sentí... me sentí como hace varios años atrás... sacudí mi cabeza y reí. La única que generaba eso era Sami, que locura, creo que ya la debo estar extrañando mucho. Sí, debe ser eso.

Comencé a hacer zapping en la tele, no había nada que llamara mi atención, recordé que pensaba llamarla a Samanta y volví al cuarto en busca de mi celular para escribirle "¿Tenés un ratito para mí?" puse inocentemente, esperando una respuesta rápida que no llegó, al menos no en el lapso que yo esperaba.

Salí a comprar algo que comer, no pensaba dejar a mi hermana sin comida, media hora más tarde estaba de vuelta en casa y escuché mi teléfono sonar. Subí rápidamente al cuarto y atendí - ¿Sí?

-          Martin, perdón que no pude escribir antes, había llamado a los chicos de ésta banda nueva ¿cómo estás? ¿ya volvió Jessy?

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