Capítulo 31

48 4 2
                                    

Era el momento. Las otras bandas ya habían tocado. Se nos dijo que en cinco minutos subíamos al escenario y terminamos de hacer todos nuestros rituales antes de acomodarnos a un costado del mismo, junto a Sam, que nos brindaba todo su apoyo e intentaba calmar los nervios de todos. Mi estómago estaba revuelto y todo mi cuerpo temblaba. Volvimos. Tokio Hotel volvió, fue lo que me dije antes de subir al escenario al ritmo de los aplausos del público. Tras solo dos pasos giré por unos segundos a Sam quien nos miraba y también aplaudía. Estaba sonriendo y me dio aún más confianza. Con una sonrisa y mucha energía comencé. Podía ver a fans enloquecidas, escuchaba sus gritos a pesar de tener los audífonos puestos. Vi a muchas llorar debajo del escenario. Love who loves you back había terminado y comenzamos la segunda. La energía se sentía por cada esquina del predio. Los nervios habían desaparecido en el momento que escuché a todos corear a mi par. Me decidí a moverme sobre la pasarela, lleno de confianza, olvidando cualquier cosa que pudiese estar pasando lejos de éste escenario. Me adelanté más, y más. Si Sam no estuviese tras bambalinas, la hubiese buscado entre el público, entre los primeros asientos y aun sabiendo que no estaba comencé a observar la primera fila. Seguí cantando y mirando y justo frente a mí lo vi, entre todo ese público. No puede ser él. Me miraba fijo, creo que pensaba lo mismo que yo. No podía estar acá. Mi cuerpo tembló, alcé en micrófono para que las fans canten por mí porque no pude completar la frase. ¿Por qué estaba acá? Volví a mi posición original, nervioso. Seguí cantando. Terminamos la segunda canción. Pensá en las fans. Presenté la última canción que tocaríamos. No podía estar pasando esto. Comencé cantando en mi lugar, fingiendo que todo estaba bien. Sonriendo por los mismos nervios, con los ojos cerrados. No podía cantar esto y mirar. Él no podía estar acá. Lo sentía con la mirada fija en mí a pesar de no verlo desde donde ahora estaba. Si, tal como cantaba, había estado esperando volver a verlo... y cantaba y recordaba aquel beso... aquellos besos que terminaron en nada. Abrí los ojos, cantaba mirando a un punto fijo, lejano, invisible casi. Dirigía mi vista a dónde sabía que él estaba y volvía a cerrar los ojos. Y seguí cantando sin moverme de mi lugar, haciéndole creer al público que todo estaba bien y me animé, me liberé, saqué todo como se debía mientras cantaba, poco a poco. Pronto estaré contigo, solo tú y yo. Tal como si se lo estuviese diciendo. Como si años atrás hubiese escrito ésta canción para cantarla aquí y ahora. Silencio. Gritos de las fans. Me puse de espalda al público y respiré hondo. Era hora de seguir. Volví a cantar y tenía que salir detrás de Tom a la pasarela, como lo habíamos planeado pero no, no pude y lo adelanté. Caminé más rápido, llegué y canté, sin mirar a donde él estaba. La última estrofa pasó y me fui casi corriendo. Saludé ya de espaldas al público y desaparecí detrás del escenario.

Me saqué los audífonos, dejé el micrófono a un costado y fui directo al camerino, evitando a cualquier persona que se me acercase, siquiera me fije que si los chicos seguían o no en el escenario. Eso no era lo importante ahora. Lo importante era ¿Por qué está Martin acá? ¿Por qué? ¿Sabía él ya quien yo era? Me puse nervioso y los nervios no me dejaban pensar. Temblaba. Detrás de mí llegó Sam - ¿Por qué te fuiste así? – dijo entrando al camerino. Me giré a verla y detrás entraron Tom, Gustav y Georg - ¿Qué fue eso, Bill? – dijo Tom

-          Yo no... no... - lo miré fijo a Tom, él tenía que entender y su mirada cambió al mirarme a los ojos.

-          ¿No qué? – preguntó Gus - ¿Estás bien?

-          Sí... solo... solo me sentí mal

-          Sentate, por favor – dijo Sam acercándose a mí, tomándome por la espalda y acompañándome a uno de los sillones - ¿qué te pasa? ¿cómo te sentís mal? ¿Necesitás que llamemos a un médico?

-          No... no... yo

-          Dejame – dijo Tom acercándose a mí. Mis mirada pasó de nerviosa a... no sabría decir siquiera que era lo que sentía. Me tomó la mano y me alejó de todos, fuimos al baño y nos encerramos ahí. A penas nos levantamos vi a Sam hacer lo mismo pero Gus la detuvo

GirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora