- Samanta, suena tu teléfono – llamó mi novio desde el comedor
- Voy… voy – dije mientras dejaba mi café a medio batir en la cocina y caminaba al cuarto a buscar el celular. - ¿Sí? ¿Podemos hacer una cita para mañana? ¿Video llamada? ¿No se puede arreglar en persona? Ok… ok. Que me llamen en media hora así alisto mi computadora y calendario… Gracias.
- ¿Otra vez del trabajo? – preguntó Martín con una expresión bastante molesta. Hoy festejamos tres años de relación y en una hora pensábamos salir a cenar.
- Sí. Alguien de algún lugar de Europa que quiere empezar un tour en América y “precisa” – dije en voz burlona- mi ayuda… Te prometo que no va a durar mucho. Me llaman, le digo dos o tres cosas, que se quede tranquilo y le digo que arreglemos otra cita – me acerqué a él que estaba en el sillón de la sala de estar, sentado. Su espalda sobresalía por el respaldar y de ahí lo abracé, apoyando mis manos sobre su pecho y mi cabeza en su hombro. Le besé una mejilla y noté como ésa expresión de desagrado se transformaba en una pequeña sonrisa que no quería salir. Lo conozco bien, quería parecer enojado pero nunca le salió eso. – Sabés cuánto esfuerzo pongo en el trabajo y lo que me gusta… y de no ser por lo que hago no te hubiese conocido…
- ¿No te parece que a veces trabajás más de lo que debés?
- No es tanto, amor… dale, cambiá la cara… voy a buscar la computadora y prepararme para el llamado. En una hora estoy lista para vos y nos vamos. – le di otro beso y me fui a la mini oficina que me había hecho en uno de los cuartos.
Hoy no tenía ganas de atender el teléfono. Hace ya tres semanas que reservamos una mesa en un restaurante con Martín para festejar nuestro aniversario pero fue una de esas tantas veces que sentí que debía… de haber podido hacer mañana ésta llamada seguro estaría de mejor humor pero “tienen prisa”, según dijo Lia cuándo me llamó hace un rato.
Me senté en mi escritorio y encendí la computadora, abrí la agenda y dejé el teléfono a mano. 21.30 horas puntual sonó el teléfono… cuántas ganas de llamar tenían – reí por dentro al pensar eso y contesté
- Samanta García from Samanta & co. Music – siempre atendía en ingles cuándo llamaban de Europa. Nunca miraba los códigos y los pocos que sí, nunca lograba recordarlos, aunque, claro, los idiomas en los que me manejo son el Inglés y el Español… tengo solo una base de Alemán e Italiano, intento no usarlos.
- David Jost, un gusto, Samanta
- Buenas noches, Señor Jost, ¿en qué puedo ayudarlo?
- Supongo que la señorita con la que hablé hoy le habrá comentado que junto a unos compañeros trabajamos con una banda Alemana y tenemos intenciones de dar un tour por América. Su nombre es más que conocido a nivel mundial y nos encantaría contar con su ayuda para ello. No tenemos nada planeado al momento porque cuándo uno de nosotros la nombró en una de las reuniones quisimos hablarlo con usted antes que todo.
- Entiendo ¿ya hicieron algún tour? ¿nacional, internacional? ¿hace cuántos años existe la banda? ¿tienen alguna fecha estimada?
- La banda es conocida a nivel mundial, así que para contestar a sus preguntas, sí, ya tuvieron tours nacionales, continentales y mundiales. Ésta sería la segunda vez que van a Sudamérica. La banda tiene ya más de 10 años de trayectoria y, para tener solo 25 años son muy serios en el tema - ¿perdón? ¿sabrá acaso que no soy una vieja?
- Señor Jost, hoy me encontró de muy buen humor así que le voy a pedir que me de un contacto de e-mail así puedo mandarle unas preguntas y usted las responde y podríamos tener una cita el… déjeme mirar mi calendario…
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