Capítulo 32

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-          ¿Te sentís bien?

-          Sí, sí, estoy bien

-          Dios mío, Bill ¿qué te pasó? – siguió Samanta, levantándose de su asiento al verme volver junto a Tom

-          Nada, solo estaba mareado. Disculpen que los haya asustado – dije intentando sonreír y sentándome dónde antes me había acomodado Sam. Nadie dijo nada así que dirigí mi vista a Sam - ¿Qué te pareció?

-          Eso... ¡Me encantó, chicos! La verdad es que me sorprendieron

-          ¿Dudabas de nuestra capacidad? – dijo Tom, con tono de superioridad, mirándola, aún de pie él

-          De la de tus compañeros no – replicó y las risas invadieron el lugar. Él se dio la vuelta y se dirigió al minibar

-          Tom, no seas idiota. Vos solo te buscás esas respuestas – lo retó Gus, pero para nuestra sorpresa volvía con varias botellas de cerveza en la mano.

-          A mí no me ofende una señorita – y empezó a repartir las botellas, una a una - ¡Por nosotros!

-          ¡Por ustedes! – dijo Sam

-          Nosotros – volvió a decir Tom, sonriendo y guiñándole un ojo... Quien lo entiende. Todos brindamos y bebimos

-          Sam – dije un rato después – creí que venías acompañada hoy

-          Sí... bueno, sí pero ya no

-          ¿Acompañada? – preguntó Geo

-          Sí, es que quería que mi novio los conociera... ya que gasto tanto tiempo en ustedes

-          ¿Novio? Bill, ¿ya te la sacaron? – estiré una pierna para golpearlo y él solo rió, como siempre – bueno, bueno ¿Íbamos a tener que firmar autógrafos? Creí que no nos conocías de antes

-          No, Geo – respondió – es que en un principio la empresa la manejábamos los dos - ¿eh? Eso no lo sabía... - y bueno, por cosas suyas dejó de hacerlo - ¿por qué me suena esto? Dirigí mi mirada a Tom que también se notaba confundido

-          ¿Puedo preguntar algo? – dijo Tom en medio de la charla. Ella asintió - ¿cómo lo conociste? – ambos la miramos fijo

-          Bueno... él tenía una banda en Estados Unidos para la que yo organicé un tour y – él la interrumpió

-          ¿A qué se dedica ahora? – ella era ahora la confundida, atacada por las preguntas de Tom y las miradas de ambos.

-          Eh... es profesor de música ¿por qué? – No... no, esto no puede ser verdad. Lo miré, esperando que cambiase la charla

-          ¿Cómo se llama? – con la mirada le rogué que parara. Esto solo tenía que ser una coincidencia. Mi cabeza recordó aquella charla en el jardín de Jessy

-          ¿Qué es lo que haces en Argentina? ¿Sos de allá o...?- dijo Tom

-          No yo... nací acá... Bueno, no acá en Los Ángeles pero me mudé hace unos años porque... Me mudé y estuve trabajando allá en una empresa haciendo tours y demás, hasta que me cansé y ahora soy profesor de música

-          Trabajaba con su novia – dijo Jerry – esto tiene que ser una coincidencia

-          Martin ¿pasa algo? – yo cerré los ojos e inhalé con todas las fuerzas que pude, levantando la cabeza al techo, intentando evitar seguir ahí.

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