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Una pequeña tensión se formó en la mesada en donde estábamos sentados, Jihoon no dejaba de gruñir en ningún momento incluso al ver con sus propios ojos como su madre se alejaba lentamente del lugar acordado saliendo por la entrada. Pero parece que para el pequeño mocoso el peligro inminente que sentía con mi presencia era mucho mayor que el no sentir la presencia materna de su padre omega.

Solté un pesado suspiro de mis labios para lanzar mi cabello hacia atrás, cerrando por unos segundos mis ojos, para abrirlos con pereza. Sería un largo día con el pequeño demonio que no se cansaba de soltar gruñidos como un pequeño cachorro rabioso.

— Bien escucha pequeño demonio, hoy estas bajo mi protección y tenemos que dejar las reglas claras. — Raspe mi voz para que sonara mas grave de lo normal, para que el joven alfa notara mi autoridad como alfa mayor. — No quiero que gruñas más, estaremos en espacios con mucha gente y no quiero llamar la atención. — Dije con sigilo.

Al notar como la gente a nuestro alrededor lanzaban miradas curiosas al ver como un pequeño alfita que no dejaba de soltar sus feromonas de leche, estuviera intimidando a un alfa mayor además de dominante. Era un buen espectáculo, mi lobo en mi interior se sentía satisfecho con el dominio insistente pero mi propia persona no podía aceptar el hecho que semejante enano fuera tan testarudo en no dar su brazo a torcer.

— Papy dijo que no escuchara las palabas de mi otro padre. — Soltó el pequeño conteniendo su risita con sus manos en sus labios, para bajar con un brinco del asiento y largarse del lugar en mis propias narices.

Contuve las ganas de maldecir en mis labios y alcancé mi abrigo sin perder de vista al enano que corría hacia la puerta, sin duda este sería el episodio más largo de mi vida.

Todo niño independiente de la edad amaría ir a un parque de diversiones, donde los fuertes sonidos de gritos se escucharían por todo el recinto, risas y muchas pero muchas golosinas por montones en cada maldito lugar donde mires

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Todo niño independiente de la edad amaría ir a un parque de diversiones, donde los fuertes sonidos de gritos se escucharían por todo el recinto, risas y muchas pero muchas golosinas por montones en cada maldito lugar donde mires. Pero no puedo creer que el pequeño enano que corrió cuadras completas sin mirar atrás, largándose a la fuga como una gacela sin dejar de gritar.

En estos momentos estuviese temblando como una gelatina escondido entre mis piernas, solté otro largo suspiro y baje hasta el suelo para hincarme a su altura y quitar esas lagrimas pequeñas de sus ojitos que se iban acumulando.

— No sé qué es lo que te sucede, y no preguntare tampoco el temor que le tienes al parque de diversiones. — Seguí limpiando su rostro mojado por las lágrimas, para tomar de su mano y caminar hasta un árbol cercano para refugiarnos del sol. — ¿Quieres un helado? — Pregunte con la esperanza que el infante volviera a ser el mismo de siempre.

— Mnn, dos helados. — Susurro mostrando dos de sus deditos con una tímida sonrisa.

— Está bien, serán dos helados, pero no le digas nada a tu padre o me matara. — Confesé con reciente miedo a su nuevo rechazo.

"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora