(021)

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Ya me encontraba completamente recuperado, mi cuerpo ya no dolía y los malestares parecían desaparecer ante cada momento en el que me encontraba despierto. El fuerte aroma de Jimin bañaba toda la habitación, haciendo un ambiente un poco más ligero para mi omega, eso no querría decir que le abría perdonado, eso estaba más que claro.

Jimin seguiría siendo el gran bastardo que era, aunque claro debía agradecer su preocupación de hace días ante mi pequeña anemia. Park podría controlarse cuando se lo proponía, y eso mi lado omega se lo perdonaba.

El sol pegaba bastante fuerte a la gran ventana, asombrándome al darme cuenta que abría dormido bastante. Se podría ver que ya era tarde, y el calor no basto en hacerse posar por la cálida habitación de Jimin.

Me acomode mejor en la amplia cama, y me desperece, optando por levantarme, si bien mi cuerpo seguía con leves dolores del encuentro carnoso pasado, parecía que mi cuerpo jamás se acostumbraría al gran tamaño de Park Jimin.

Estos mismos dolores ya los había tenido mucho tiempo atrás, y mi conciencia me lo hacía recordar siempre al ver a Jimin.

Siguiendo con mí plan de bajar a comer algo, mi estómago me rogaba, pedía poder tener algo más que solo agua.

La mansión Park era como un completo laberinto, siempre me llegaba a perder, y gracias a dios encontraba la solución al encontrar a los empleados, que con unas sonrisas siempre me ayudaban.

Ya llevaba dos meses en esta mansión, quizás más, y aun no me acostumbraba a esta. Me parecía bastante lejana para mi persona, estaba tan acostumbrado a vivir en mi pequeña casita con mis pertenecías, escasas, ante mi salario y mi pequeño haciendo de sus desordenes.

Como extrañaba a mi hijo, cada vez que veía por los jardines a Kai mi estómago se apretaba y lágrimas bajaban por mis mejillas.

No sabría cuando seria la vez, la oportunidad de volver a verle a mi adorado cachorro.

Tan distraído volví a perderme. 

¡Genial siempre esto me pasaba al andar en las nubes!

Trate de seguir por el camino en el que me encontraba, pero parecía tan lejano a cuando me perdía otras veces. Este era sombrío y misterioso, jamas habría pasado por aquí otras veces.

Sino me equivocaba, aun me encontraba en la segunda planta un poco alejado de los dormitorios principales, por el polvo y ciertas grietas daban la sensación de que estaba abandonado hace mucho tiempo.

Mi curiosidad no tardó en llegar adentrándome en lo más profundo, encontrando unas cuantas habitaciones, un poco desgastadas. Pero que llevaban nombres incrustados, bastante costosos, parecía ser oro sólido, con diamantes por sus lados en forma decorativa.

Pero uno llamo por completo mi atención, parecía un nombre con bastante cariño, y por el final llevaba el apellido de Park.

Sin duda entre en esa habitación, llevándome una gran sorpresa que me dejado anonadado y con unos escalofríos.

Era una habitación infantil, llena de objetos de bebes, una gran cuna que adornaba el centro de la habitación. Todo parecía desgastado, como si nadie entrara en esta habitación, mi estúpida curiosidad no quedo satisfecha con sola esta averiguación.

Queriendo mucho más.

Provocando que ahora me encontrará revisado los papeles que se hallaban olvidados en un mueble lleno de telarañas y mucho polvo.

Tome de aquellos papeles color amarillo pálido, y empecé a leer de ellos.

Congelándome al leer el tan misterioso nombre de Jungkook nuevamente, pero lo que más me dejo helado, fue que el llevara el apellido de Park.

¡Park Jimin era casado!

Bastante confundido choque con una cajita musical, un poco retorcida, pero que tendría la bastante fuerza para llenar la habitación de aquella melodía.

Tendría muchas dudas rondando en mi cabeza, como ¿El porqué de la muerte de Jungkook?, ¿Park iba a ser padre?, ¿O ya lo era?

Pero nada me llagaba a contestar aquellas preguntas que parecían un martirio en mi cabeza.

Iba a seguir con mi exploración, pero una voz bastante enojada atrás de mis espaldas hablo, haciéndome temblar al punto de caer al piso de bruces.

¿¡Quien mierda te ha dado la autorización para entrar en esta habitación!? — Grito nuevamente Jimin, para enfrentarme con su mirada. Sus ojos ya no tendrían ningún brillo en ellos, estaban cargados de rabia, furia.

Y fue en esos momentos en el que caí en cuenta, que Jimin no cambiaría. No debía dejarme engañar por sus acciones cambiantes. Jimin siempre seria el mismo.

Y ante el fuerte dolor en mis brazos al ser levantado, y el caer con brusquedad en la cama de Jimin, supe que se me vendría un castigo incluso mas temible que las veces anteriores.

"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora