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No podía creer como ese mocoso, no tenía ni las más intenciones de respetarme, ¡Joder era un menor de edad!, con suerte debe tener 4 años el enano, pero a los ojos de YoonGi era la criatura más angelical.

Y ante mis ojos era un demonio, un enano endemoniado.

Bufe en mi escritorio, rascando la parte superior de mi cabeza, para mirar mis nudillos dañados, como mis manos y piernas. Joder que había costado traerme al enano, nunca hubiera pensando el gran odio que me tendría, aunque pensándolo mejor le había arrebatado a su madre, claramente hubiera actuado de la misma manera.

Tome un gran sorbo de mi café, y nuevamente navegue en mis documentos. Necesitaba hacer crecer "Lustrum", si bien ya estaba surgiendo los papeleos para hacerlo internacional, los idiotas del extranjeros siempre tendrían sus peros como respuestas, como odiaba relacionarme con gente inútil.

Como lo estaba haciendo NamJoon, inútil como dejaba ir oportunidades únicas. Solo para complacer a su omega, no lograba entender como Seok Jin lo manipulaba, ¿Dónde estaban los respetos ante dos potentes Alphas?

Sin duda el amor cambiaba a las personas haciéndolos completamente inservibles, ahora solo yo me podría encargar de hacer el trabajo sucio, aunque no me molestaba ser la cabecilla número uno.

Necesitaba relajarme, y mi omega se encontraba indispuesto por un malcriado Alpha de no mas de 4 años. Gruñí al recordar al mimado hijo de Min, pero por mas que deseaba sacarlo de mi mente mi Alpha se removía inquieto, desesperado. Como si estuviera reconociendo cosas, o incluso peor recordando, cosa que no entendía.

Nuevamente mis pensamientos me despistaban de mi trabajo, ¿Cómo era posible que todo lo que fuera relacionado a "Min YoonGi" me dejara tan ido? , no estaba logrando entender lo que me pasaba. Y me molestaba, joder los omegas eran unos seres despiadados, solo para ser útiles como satisfacción para nuestra raza.

Suena egoísta, pero después de lo sucedido hace años, jure jamás involucrarme con los omegas. A veces actuaba sobre mis limites, y muchas veces nombres de inocentes omegas machaban mis propias manos, era una reacción completamente autónoma de mi sistema, el bloquear los recuerdos después de un trauma que me perseguía hasta entonces.

Recordar sucesos malos, siempre terminaba sacando mi mal humor apreté mis puños, y llamé de alguna beta, para satisfacerme, necesitaba liberar mi mente de tantos enredos que me conllevaba.

Mi Alpha rugió en desacuerdo, y mi interior se apretó al extremo de doler, no estaba entendiendo la reacción de mi lobo, de lo que quería. Después de nueve años no me relacionaba, siendo uno con mi lado animal, éramos completos extraños en un mismo cuerpo, si bien nos encantaba los placeres carnales, siempre en épocas de soledad rugía en mi interior.

Añorando a su otra pareja, la cual empezaba a creer que no existía, que solo la soledad seria mi mejor aliado. Hasta encontrar a Min, ese omega de mirada retadora, donde sus ojos reflejaban ira siempre al mirarme, en un principio encontraba un gozo enorme ante su mirada de odio a mi persona, cuando lo sucumbía a mí, dañando su orgullo de omega.

Pero pasando los meses, mi Alpha se preocupaba más de lo que debería de lo que le estaba pasando al omega, su mirada muerta, ya no peleaba por lo que le hacía. Parecía un muerto en vida, mi orgullo no dejaba de pensar que solo era un omega más, que ya se le pasaría, que debía acostumbrarse, pero mi Alpha parecía no gustarle mi respuesta, y siempre se interponía a la hora de poseer al omega.

Y ahora su mocoso, aquel que empezaba a pensar que no me dejaría que tocara a su madre. Pero era muy tarde, aquel omega era mío, de mi propiedad.

Tendría que gustarle, no estaba aquí para complacer a Alphas menores de edad, de lo que debería hacer o no con mi omega.

"Mi omega..."

"Mocoso de mejillas abultadas..."

Joder, todo parecía darme vuelta. No entendía como los Min, lograban llamar toda mi atención, nuevamente me encontraba revisando los archivos de Min YoonGi, tratando de descifrar aun que sea una pista de lo que estaba pasando conmigo y aquel omega.

Pero siempre llegaba en nada, solo que era un omega de 21 años, el cual no habría terminado su carrera, siendo padre a los 18 años de un hijo sin padre presente. Seguro alguna violación, pues YoonGi no era un omega de mal rostro y su aroma era realmente una delicia.

Recuerdos vagos llegaron a mi mente, cuando era joven y apenas podría controlar mis hormonas y la rabia que llevaba en mi corazón, cosa que muchas veces lograron meterme en problemas en donde los problemas llegaron y cuando le perdí. No quise mas tocar el tema, aquello ya era tiempo muerto...


"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora