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No encontraba la forma de seguir escondiéndome para que Jimin no descubriera mi embarazo, desde que llego una noche del trabajo, no sacaba sus ojos de mi persona. Sea donde estuviera estaba el siguiendo mis pasos como un perro rastreando mi aroma al perderse.

El aroma a leche del embarazo parecía cada día intensificarse, el bañarme seguido y neutralizadores no estaban dando abasto, para un aroma que buscaba la protección de su progenitor.

Mi hijo como mi ángel guardián, se encargaba de distraer a Jimin la mayor parte del tiempo, y aquella confección pasada se borraba de nuestras memorias cada día, Jimin era una flor desconocida en el mundo sin un significado e instrucciones de cómo mantenerse.

Un nuevo día pasaba y un nuevo Jimin volvía a seguir mis rastros.

No quería pensar que esto fuera un tipo de trampa de su parte, para que cayera a sus brazos enamorado, dudaba que eso fuese a pasar alguna vez después de tanto daño causado.

Inconsciente toque mi plano abdomen, protegiendo a mi cachorro, mi omega ofuscado buscaba una medida de protección más segura de la que manteníamos.

No salía de mi habitación, de mi nido, un miedo sin explicación me rodeaba y me impedía salir de mi zona.

Relacionaba estas actitudes temerarias por mi embarazo, el miedo de mi omega al daño que se avecinara. Temíamos perder a la nueva vida que estábamos creando en nuestro interior, la nueva idea de tener un hijo mataba mi interior, mi omega temeroso se escondía y mis sentidos parecían nublados, no reaccionaban como si estuviese en un sueño, una pesadilla de sobrevivencia.

Un golpeteo en la puerta logro que mis sentidos adormecidos despertaran de forma errática, soltando un alarido de pánico, escondiéndome entre las mantas, sin dejar de temblar.

Pero toda preocupación desaparecía al ver a mi cachorro traer mi alimento, ocultando una sonrisa de sus labios al verme salir de mi escondite, como si fuese un cachorro regañado.

Solté un suspiro y palmeé mis piernas para que viniera, necesitaba relajarme, estaba estresado al miedo.

Mi mente era mi mayor enemigo, y tendría que saber entenderla, mi omega no confiaba en nadie al daño causado, había perdido la seguridad al enterarme de mi embarazo, era un omega embarazado sin protección, al asecho de toda maldad.


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Envuelto en pánico dejaba ir a mi pequeño hijo, los alaridos de mi omega que sollozaba en mi interior dejaban una estela apestosa de aroma melancólico.

No queríamos dejar ir a nuestro hijo, pero era necesario,  JiHoon tenia que volver al jardín con sus tíos, las vacaciones habían terminado y sus labores volvían a ser la prioridad.

Jimin se encargaría de llevarle a Lustrum a mi pequeño, para que sus tíos lo fueran a buscar, pero un mal presentimiento llenaba mi estomago de una sensación amarga.

"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora