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(013)

Estaba a minutos, segundos de ingresar a mi casa, y todo mi cuerpo empezaba a temblar, mi respiración era dificultosa y aun que me encontraba en mi auto refugiado, el temor me dominaba. Era hora de decir la verdad, sabría que Taehyung habría escuchado mi confesión.

Estaba segurísimo que mi jefe alcohólico no recordaría ni su nombre al despertar, pues estaba tan inconsciente que después de dejarlo en su oficina ni siquiera pudo despertar.

Claro que con la ayuda de Seok Jin pudimos dejarlo dormitando, sin soltar sospecha algunas de los residentes. Mis manos tiritaban, y no era precisamente por el frío.

Pero tendría que ser fuerte, sabría que esto llegaría algún día, nunca espere que fuera de esta manera pero ya las cosas estaban hechas.

Tome un montón de respiración, y apreté de mis puños tomando mis pertenencias, para ir rumbo a mi hogar.

Que como siempre estaban las luces encendidas, no sabrían si en esta ocasión estarían todos durmiendo, o Taetae me recibiría nuevamente como siempre.

Abrí la puerta, dándome cuenta que no se encontraba nadie por el pasillo, y la cerré detrás de mí, sacándome el abrigo dejando mis pertenecías en la mesa de entrada.

Caminando lentamente por mí casa, tranquila, y cuando me empezaba a relajar, una áspera voz decía mi nombre, con voz lucubre, "Era Taehyung."

Me di media vuelta, y me sorprendí que en esta vez estuviera despierto Hoseok, sino me equivocaba recién despertaba, su cara de sueño era un chiste de verla.

— Tenemos que hablar. — 

Era mi hora, y como un niño obediente me senté en la silla desocupada, cerrando los ojos para las preguntas que me lanzarían...

— ¿¡Por qué mierda no nos dijiste, que conocías al padre de Jihoon!? —Pregunto con voz afilada  y su mirada no acompañaba para nada, era como miles de cuchillas que iban en mi dirección.

— P-perdón... — Solo pude decir aquello, aun me costaba asumir que trabajaba en conjunto con mi pesadilla.

— ¡Un perdón no remediara las cosas YoonGi!, ¡Por la mierda estas trabajando con tu violador! —La exaltada voz de Taehyung erizo de mis pelos, pero era verdad. Y como el gran cobarde que era, solo baje la mirada. — ¿¡Porque no eres más consiente con nosotros!?, ¡Joder somos tus amigos!, ¡Tu familia! — Tendría razón eran mi familia, mi pequeña familia.

Una, dos, tres lagrimas bajan por mi rostro, y no me tomaba la molestia de limpiarlas pues estaba en un trance.

— ¡Amor!, ¡Hey tranquilo! — Le detenía su pareja, al notar como lloraba en silencio. Pero que más podría hacer, sabía que era un estúpido, un tonto al requerir un trabajo por venganza.

— ¡Tiene que aprender!, ¡Joder Hoseok suéltame! — Gritaba el castaño al notar como su pareja le tomaba en brazos, llevándoselo en su hombro.

— Es mejor que duermas YoonGi, mañana lo hablaremos mejor. — La tranquila voz de Hoseok solo dejo que mi pequeñito corazón se estrujara mucho más, y solo sintiera dolor.

¿En verdad esto habría producido por mis mentiras?, solo moví mi cabeza, y me quede solo en el comedor. Dejando que llorará en silencio, soltando todo el dolor que mantenía en mi corazón.

Esta vez nadie me consolaría, era un inútil, una mala madre. No estaba pensando con claridad, no pensé en las consecuencias de todo lo que habría hecho. Jihoon no merecía tener una madre tan horrible como lo era.

— ¿Papy? —.

— No me mires amor... —Susurre, tapando mi rostro. Pero unas diminutas manitos apartaban mis pálidas manos, observando como mi risueño corazón sonreía alegre. Limpiando de mis lágrimas, una por unas para besar mi mejilla.