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Eran pasado el mediodía y la octava llamada que realizaba a mi cachorro, quien no contestaba para nada, incluso estaba cansado de escuchar la misma voz repetitiva mandándome al buzón, pero no lograba calmar mi ansiedad.

Jimin se encontraba con nuestro hijo a pesar de que era nuestro acuerdo mi ansiedad no dejaba de darme la sensación de que algo muy malo ocurriría, y eso no dejaba de pasarse por mi cabeza como una maldita urgencia.

Mordí mis labios para volver a realizar la llamada dejando el mismo resultado de siempre, pero no me cansaría hasta escuchar la voz infantil de mi hijo para calmarme.

Solo habían pasado unas cuantas horas, pero el solo hecho que no contestara ninguna de mis llamadas era preocupante. Me pare del sofá para dar vueltas por la habitación sin dejar de morder mis labios, apretando el móvil entre mis manos hasta sentir el molesto dolor en ellas soltando una maldición.

Pero nada podía parar mi nerviosa mente, solo quería colgar a Park Jimin con mis propias manos hasta que dejara de perturbar mis días, mis pensamientos, mis emociones. Era una pesadilla seguir viviendo así, Park Jimin estaría acabando conmigo con cada pesar que sufría bajo su culpa.

Porque todo esto era su culpa.

Me senté de nueva cuenta resignado aun faltarían unas horas para ir a buscarle a la misma dirección de la cafetería. Y esperar que nuestros días siguieran igual, Jimin sería un padre presente para nuestro alfita pero no estaría presente en mi vida.

Tome mi celular y llame a Jin para lograr calmarme bajando una de mis manos hasta mi pequeña pancita acariciándola ante el gran camisón que llevaba. Hasta escuchar la voz agitada del otro lado perturbando mis sentidos, ante el molesto llanto proveniente de la llamada.

Alejando el móvil de mis oídos para mirar el remitente confirmando si era Seok Jin quien llamaba y no otra persona, pero todo estaba bien. Las brillantes letras confirmaban que Jin estaba en la llamada, así que me pare en menos de un segundo para preguntar asustado.

— Seok Jin, ¿Qué sucede? — Pregunte calmando mis latidos, esperando que la otra voz se tranquilizará para contarme lo sucedido.

— N-no encuentro a Namjoon... desapareció. — Fue todo lo que pudo decir soltando otro llanto ahogado de su garganta.

Podía lograr sentir su dolor a través de la llamada, Jin amaba a su Alpha y eso lo confirmaba al pasar una gran parte de mis días en su hogar. Eran una pareja bastante ardiente y apasionada, pero tenían la bastante confianza en que sus destinos estaban enlazados y que seguirían juntos hasta que la muerte les lograra separar.

Seok Jin sabia de ante mano los peligros que podía tener al estar con un mafioso y una de las cabecillas principales, así que en estos momentos fuertes solo tengo que apoyarle hasta que las cosas se solucionen con sus hombres con Jimin su mano derecha.

Éramos omegas y nada cambiaria nuestros géneros, éramos lo mas bajo de la cadena y totalmente inservibles ante estos casos de alto peligro.

— Nada pasara Jinnie, te lo prometo. — Le prometí que cuidaría del si algo lograba pasar, éramos como hermanos. — Iré a verte, espérame.—

—  N-no es necesario, sus hombres están conmigo buscando por los alrededores. Es peligroso Yoongi, n-no quiero que nada les pase... — Susurro lo último con cariño, ahora éramos dos personitas.

— Tienes razón, solo cuídate no quiero que nada te pase a ti. Te quiero demasiado para perderte por culpa de estos idiotas Alphas. — Apenado rascaba mi cabeza para sentarme con el celular en mi oreja mirando mi pequeña pancita. — Te llamare después ahora trata de descansar, y en la noche vemos que podemos hacer. — Corte la llamada después de escuchar un pequeño si por su parte.

"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora