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No medí el tiempo en el que desperté de golpe, corriendo al baño con demandante urgencia, votando todo lo que mi cuerpo empezaba a impulsar, logrando que amargas lágrimas cayeran de mis ojos ante la presión que ejercía para votar todo el vómito.

Mi vista nublada por las recientes lágrimas, volvía a posarse en el incómodo escusado, impulsando el amargo ardor de mi garganta, con mas fuerza que las veces anteriores dejándome sin aliento por unos segundos que parecían eternos.

Estaba empezando a temblar y no encontraba la fuerza para levantarme, mientras nuevas nauseas atacaban.

Me quede unos minutos esperando que mi débil cuerpo se recompusiera para volver a dormir, Jimin no se encontraba a mi lado, después de que pasara su celo volvió a su agitada vida de mafioso dándome los días libres para que me recuperara después que nuestros animales enloquecieran.

De solo pensar en lo ocurrido días atrás volvía a marearme, y mi estomago se apretaba.

Tendría que acostumbrarme a despertar así, llevaba varias semanas recurriendo al baño a votar todo lo comido, y aun que el doctor al verme pensó en que se trataba de mi mala alimentación y de pequeñas crisis, estaba empezando a dudar que fuese precisamente eso.

Las vitaminas no estaban funcionando y las pastillas las votaba a los segundos de tomarlas, y mi lobo empezaba a agotarse y no querer aparecer, sin ánimos recurrentes.

Un llanto en la zona de abajo alerto mis sentidos, conocía esa voz que llamaba a mi persona entre llantos, era mi hijo quien me llamaba.

Agradecía que mi cachorro estuviese aquí, después que me contara Jimin que lo encontró en Lustrum deambulando, ya estaba cansándome de saber que mi hijo estuviera viendo escenas no deseadas para un menor, no estaba entendiendo quien le traía.

¿Y Por qué le traía?, ¿Acaso sabía de los riesgos?

Jimin no dio mas información, siempre era de pocas palabras cuando se encontraba conmigo.

Tomé suficiente aire y empecé a levantarme con sumo cuidado, no quería tener un accidente, al menos mis pies ya se encontraban tocando el suelo y mi cuerpo estaba levantado, aunque leves mareos volvían atacarme, esta vez eran mas leves.

Pero ya me encontraba mejor, tire de la cadena y lave mis dientes sin mirarme en el reflejo, mi hijo no dejaba de llamarme, y mi lobo estaba sintiéndose más débil, sentía la urgencia de su llamado.

Bajé las escaleras con rapidez y divisé a unas cuantas criadas de Jimin rodeandole, quienes socorrían a mi hijo que no dejaba de llorar, hasta encontrar mi presencia para correr a mis brazos.

Acaricié su cabello y empecé a tranquilizarle, empezando a irritarme lanzando un aroma ácido para que todos se alejaran de nosotros. Ahuyentando a todos los residentes de la mansión, que con confusión me miraban.

Solo quería que se fueran, que me dejaran solo, estaba empezando a hiperventilarme y mi lobo con poca fuerza estaba mostrando sus dientes con aullidos débiles.

Unos chillidos que mostraban que me encontraba asustado, y que no quería que nos vieran, soltando lagrimas sin saber el porque me encontraba así.

Temeroso tome la mano de mi hijo y corrí a la habitación de Park, buscando con desesperación de sus camisas para cubrirme a mi y a mi hijo, sin dejarle de abrazar, buscando su aroma a leche para calmarme, lo necesitaba sino mi lobo tendría un ataque de pánico y todo se iría a la mierda.

Pero toda confusión termino con un alarido de mi cachorro, que con fastidio me alejaba para olerme, precisamente mi zona baja.

Mi vientre...

Asustado toqué mi zona baja y un pequeño calorcito se adueñó en su lugar, solté lagrimas y me cubrí con miedo.

No quería saber lo que eso significaba, mi lobo empezaba a mostrarse reacio y no quería que nadie me hiciera daño.

Llore en mi lugar escondido entre mantas, mientras mi hijo sin saber que hacer solo se quedaba en mi lado molesto al sentir otro aroma, un aroma leve que se esparcía en todo mi cuerpo.

Sabía que me encontraba en cinta, y el temor ataco de nuevo, si mi hijo actuaba extraño y todos los síntomas pasados me lo confirmaban, no podía hacer vista gorda y hacer que nada pasaba, cuando una nueva vida se estaba creando en mi interior.

Y que Park Jimin fuera el padre de ese cachorro me estaba empezando a enfermar, no quería que supiera de su existencia, que me hiciese daño, que nos hiciera daño.

Cuidaría a mi pequeño con mi vida, y le alejaría de sus garras, aun que muriera por ello.

Por mis hijos daría la vida si fuese necesario...


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"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora