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(011)

Su olor, ese aroma tan conocido, mi lado Alpha gozaba de cada caricia que le otorgaba, del como su pálida piel era tocada por mis manos, y como sus sentidos se nublaban.

¿¡Donde mierda conocía ese aroma a menta y moras!?, tan agrio y dulce.

Podría seguir matando el tiempo en mi oficina, pensando en el hermoso omega, pero ya me encontraba por las nubes, y había mercancía que recibir y analizar.

Pero no negaría que ese Omega llamaba mucho de mi atención, demasiado.

Mi segundo día de celo, y solo bastaban unas cuantas horas para que se acabara y por fin pudiera descansar.

Es un poco gastador el estar en omegas saciando mis ganas sexuales, y como estos bastardos mostraban su lado del cuello, para que les marcara.

Nunca seria pareja de algún Omega, mejor dicho amo las relaciones liberales. No me vería encerrado en una familia, con un dulce omega el cual permanecer a su lado.

Además que correría peligro, al ser una de las cabecillas principales de la mafia. Para ser exacto la segunda cabecilla de la mafia, primero NamJoon.

— ¿Otra vez pensando en el omega? — La gruesa voz de mi hermano me hizo saltar de un brinco. Odiaba que este siempre hiciera lo mismo al verme tan concentrado.

— La verdad es que, tengo leves sensaciones de conocerle de antes. — Solté la bomba que mantenía de mi mente, desde que habría despertado en la mañana, sin el omega a mi lado.

Solo su perfume natural, y las tristes imágenes de mi posesión en su cuerpo.

— ¡Vamos hombre!, te has metido con todo lo que tiene piernas y camina. — Se burlaba en mi cara, sentándose en la silla sobrante.

— Odio tener estos sentimientos. — Gruñí revolviendo de mi cabello, que rebelde ocultaba mis rasgados ojos.

— Jimin, quizás habrá sido algún omega del montón, tranquilízate. — NamJoon relajaba mis instintos, siempre lo hacía. Era un buen hermano, no lo negaría jamás. — La mercancía espera campeón. —

— Espero que esta vez, esos bastardos no nos hagan más bromas. — Regañe, al esperar de esos betas inservibles que eran nuestros servidores de las exportadores de droga.

— Esperemos que esta vez llegue más de lo esperado. — Nam contesto.

— ¡No lo dudo, oh ya sabrán con quienes se meten! — Volví a gruñir, mostrando de mis dientes. Estaba hasta los cojones de las mentiras de estos infelices betas.

— Alto gruñón, antes de ir. Necesito arreglar unas cosas. — Aquí vamos de nuevo. NamJoon acortejando y persiguiendo a Seok Jin.

Nunca se cansaría de molestar al omega, todos los días mí estúpido hermano embobado del omega le acortejaba claro que siempre rechazado.

Seok Jin es un Omega de temer.

Aun que si me aliaba más al castaño, sacaría información de Min YoonGi. Mi mente ya es un asco del omega, necesitaba de mucho licor y unas buenas putas para sacarle de mi mente.