Cursed-Blessed {Enhypen}

CAPÍTULO XLVIII

Mina estaba furiosa con Altea pues el día anterior la había esperado durante horas en el pasillo para llevar a cabo el plan que habían hecho para ayudar a su hermano a sentirse mejor, sin embargo, parecía que su amiga se había olvidado completamente de ello pues la chica nunca se apareció.

Estaba caminando entre los pasillos para ir a ver a Altea y quejarse por su actitud del día anterior cuando se detuvo al escuchar unas risas conocidas. Se acercó hasta la puerta y la abrió un poco, hallándose con los príncipes Ni-ki, Sunoo, Jake y Sunghoon, quienes jugaban pacíficamente algún juego de mesa; cosa que se le hizo realmente extraña a la princesa, pues tanto el príncipe de Ylia como el de Hemia, habían pasado la mayor parte de su tiempo con las princesas de Engenia durante las últimas semanas.

—Princesa Mina, ¿gustaría jugar con nosotros? —habló Sunoo al darse cuenta de la presencia de la chica.

—En realidad no. Estoy buscando a la princesa Altea, ¿alguien la ha visto?

—Parece ser que no te enteraste. Las princesas de Engenia se han enfermado y Tea está cuidando de ellas —informó Ni-ki con rudeza.

—Oh. Ya veo. Son demasiado enfermizas esas princesas, ¿no les parece? —Nadie dijo nada—. Deberían tener más cuidado y dejar de vagar por ahí a altas horas de la noche o regresar con la ropa empapada. —Estas palabras las dijo especialmente para los mayores—. No queremos que un día enfermen de gravedad y mueran. —El ambiente en la habitación se tensó, todos la miraron mal a excepción del chico de ojos afilados.

—Quizás deberías ir a visitar a tu hermano, le hará bien tu compañía —comentó el albino en un intento por deshacerse de la incómoda situación. La chica sonrió cínicamente.

—Sí, pensaba lo mismo. Bueno, los dejo caballeros. Que se diviertan.

La chica cerró la puerta e inició a caminar con paso decidido a la habitación de Altea. No le importaba que las princesas se encontraran enfermas, pues lo único que quería era expresar su enojo y desquitarse con la chica por haberla dejado plantada por horas.

Al llegar frente a las puertas tocó múltiples veces hasta que la castaña le abrió. Llevándose una gran sorpresa al verla ahí.

—Mina, ¿qué haces aquí? ¿Sucede algo? —La pelinegra la empujó con rudeza e ingresó a la habitación.

—¿Qué si sucede algo? ¡Por supuesto que sí! ¡Me dejaste plantada en el pasillo! —La castaña la jaló del brazo e intentó sacarla de ahí.

—Shhh, baja la voz. Despertarás a mis hermanas —mintió.

—¡Me importa un carajo si las despierto!

—Entiendo que estés enfadada. Lamento mucho haberte dejado plantada, realmente no fue mi intención. ¿De acuerdo? —Mina suspiró—. Prometo que te lo compensaré en su momento, pero ahora tengo que cuidar de mis hermanas.

—Acepto tus disculpas. Pero espero no me vuelvas a dejar plantada otra vez en tu vida.

—De acuerdo. Lo entiendo.

—Ahora tendré que llevar a cabo nuestro plan sola.

—Lo lamento. —La menor bajó la mirada apenada—. Por cierto, logré terminar esto. ¿Puedes dárselo a tu hermano y pedirle disculpas por mí? —Tomó el cuadro que había pintado con cuidado, paciencia y un poco de ayuda de su prometido, durante los últimos días y se lo dio.

Mina lo tomó de mala gana y lo observó. La pintura era un tanto similar a la que ellas habían arruinado, pero estaba absolutamente segura de que no serviría para consolar a su hermano.

—Está bien. Yo se la daré por ti.

—Gracias, gracias, gracias —dijo Tea abrazándola con alegría—. Apenas mis hermanas mejoren te lo compensaré.

—Está bien, no te preocupes. Para eso están las amigas.

—Gracias Mina. —Las chicas se dirigieron a la salida y se despidieron.

Apenas la pelinegra se quedó sola en el pasillo observó la horrorosa pintura. Se rió del horrible cuadro y sin siquiera pensarlo dos segundos, lo partió a la mitad. Ahora estaba sola en esto, así que podría deshacerse de la tonta idea que tenía Altea para disculparse con su hermano y llevar a cabo un plan que fuera de su gusto.

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El príncipe de Erontios se despertó al sentir unas suaves caricias sobre su rostro, giró sobre la cama para buscar el origen de estas encontrándose con el causante de todo su dolor y sufrimiento, quien le sonreía con ternura y con amor.

—Hola, Wonie. —Estas palabras hicieron que el corazón de muchacho latiera de nuevo.

No perdió el tiempo y se lanzó a los brazos del mayor, lo abrazó con fuerzas mientras sentía como sus ojos se cristalizaban.

—Jay...

—Yo también te extrañe, pequeño. —El rubio rodeó al chico con sus brazos y lo abrazó con la misma fuerza del menor.

—Jay. Jay. —El menor enterró su cabeza en el cuello del chico e inhaló hondamente su perfume, el cual lo tranquilizó—. Te extrañé tanto. Me has hecho tanta falta.

—Shhh... Ya estoy aquí —susurró en su oído mientras frotaba con delicadeza y dulzura su espalda.

—Por favor. Por favor. No te vuelvas a ir.

—Te juro por mi reino que no lo haré. —Jay besó la frente del chico y lo atrajo más hacia su cuerpo.

Jungwon se apartó un poco para ver mejor el rostro de su amado. Se veía igual que como lo recordaba, parecía que no había pasado ni un sólo día sobre él desde que se había ido.

—Te amo, Park Jongseong —susurró mientras acariciaba suavemente su rostro.

—Y yo te amo a ti, Yang Jungwon —comentó con felicidad antes de fundirse en un dulce y tan anhelado beso.

El corazón de Jungwon latió lleno de felicidad y amor por finalmente encontrarse junto a la persona que tanto había echado de menos. Y por primera vez en varios días, las nubes cargadas de tormenta se alejaron del reino de Erontios, y dejaron que la luna y las estrellas iluminaran el cielo.

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N/A:

Hola, hola. ¿Cómo están? ¿Cómo se encuentran? Espero todos estén súper bien y que se la hayan pasado muy bien en Navidad. Ya es la última semana del año así que espero todos la terminen súper bien.

¿Qué les pareció el capítulo? Finalmente pudimos ver a Jay nuevamente, estoy segura de que ya lo extrañaban.

Muchas gracias por todo su apoyo, recuerden que ahora la historia se llama "Cursed-Blessed".

Cuídense, tomen agua, hagan ejercicio y coman bien.

Atte: YolkyPainter