Altea logró encontrar fácilmente a la princesa Mina, quien estaba estática en medio de uno de los pasillos y tenía la mirada perdida.
—Mina. —Abrazó a su amiga con fuerzas apenas la vio y comenzó a llorar.
—Tea, ¿qué sucede?
—Ni-ki y yo peleamos —soltó entre sollozos.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Él me pidió que me alejara de ti. —Estas palabras tomaron por sorpresa a la pelinegra—. Le dije que no lo iba a hacer porque eres mi amiga así que peleamos. —Al oír esto, la mayor se conmovió, jamás había conocida a alguien que se preocupara por tenerla en su vida.
—¿Por qué te pediría algo así?
—Le conté sobre el cuadro y el cree que debería mantenerme alejada de ti porque podrías meterme en más problemas.
—Él tiene razón, deberías alejarte de mí. Yo sólo le traigo dolor y problemas a la gente. —Los ojos de la muchacha se cristalizaron.
—Por supuesto que no, eso no es cierto. Eres una persona increíblemente bella y maravillosa, además de graciosa. No me alejaré de ti por eso.
—¿Realmente piensas eso de mí? —La castaña asintió—. Gracias Tea, eres una gran amiga.
—Por supuesto, yo haría cualquier cosa por ti. —Las chicas se quedaron abrazadas por un rato—. Gracias.
—No hay de qué, para eso estoy aquí —sonrió.
—¿Estuviste llorando? —preguntó la menor con curiosidad al ver los ojos rojos de la muchacha. La chica suspiró con tristeza y asintió—. ¿Qué fue lo qué sucedió?
—Fue Jake. —Al escuchar esto Altea se tensó—. Me lo encontré en el pasillo y él empezó a atacarme, estaba enojado porque no lo he ido a visitar como lo hacía antes. —La menor alzó una ceja sin comprender.
—¿Cómo antes?
—Sí, para satisfacer sus necesidades carnales. Creo que está obsesionado conmigo, lo he visto varias veces seguirme —comenzó a sollozar—. No sé qué hacer Tea, estoy muy asustada. —La castaña apretó los labios y abrazó a su amiga—. No sólo temo por mí, también lo hago por tu hermana, no quiero que le ocurra lo mismo. —Sus palabras retumbaron en la cabeza de la menor por un largo rato—. Tea, ya sé lo que podemos hacer para hacer sentir mejor a mi hermano. —La chica cambió el tema sacando a la princesa de sus pensamientos.
—¿Qué es lo que tienes en mente? —Mina sonrió como respuesta, tenía una magnífica idea al respecto y sabía que la menor no se negaría a ayudarla por la culpa que sentía al respecto.
<><><><>
Jungwon llevaba días encerrado en su habitación, no se había levantado de su cama desde entonces. Las cortinas estaban cerradas, el fuego de la chimenea se encontraba moribundo y los platos con comida del día anterior estaban intactos.
Heeseung entró a la habitación y observó el lugar. Una punzada de dolor recorrió su corazón al ver al menor en tal estado. Se acercó a la montaña de cobijas en la que el chico se encontraba dormido y se sentó con delicadeza en el colchón para observarlo. Sus largos cabellos negros cubrían su pálido y demacrado rostro. El mayor suspiró y retiró varios mechones de su rostro.
—Won. Won. —Lo sacudió con delicadeza—. Ya despierta, llevas varios días aquí encerrado y tienes muchas cosas que hacer.
—Déjame en paz .—Tapó su rostro con las cobijas.

ESTÁS LEYENDO
Cursed-Blessed {Enhypen}
FanfictionLas princesas cabalgaban por el frondoso bosque con sus espaldas saludando al sol, las lágrimas corrían por sus rostros cansados y mantenían la mirada en el azul del horizonte sin saber realmente a dónde es que se dirigían. Cabalgaron por horas sigu...