CAPÍTULO XXXV

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El príncipe Ni-ki recorrió el castillo en búsqueda de su prometida, llevaba varios días sin verla debido a que últimamente la chica se la pasaba muy ocupada con la princesa Mina, quien aparentemente ahora era su amiga. Al principio le pareció bien al muchacho que la chica socializara con la princesa, pero realmente extrañaba a la menor.

Escuchó un conocido canto proveniente de una de las habitaciones de música el cual era acompañado por un piano. Se acercó con curiosidad y abrió la puerta llevándose una gran sorpresa al descubrir que quienes cantaban eran la princesa Dabin y el príncipe Heeseung. Los mayores lucían felices y despreocupados, estaban tan concentrados el uno en el otro y en la música que compartían que no se dieron cuenta de la presencia del rubio sino hasta que finalizó la canción y este comenzó a aplaudir.

Los mayores primero lo miraron sorprendidos y luego un violento rubor se apoderó de ambos, pues no esperaban que nadie los estuviera espiando.

—Qué linda canción. Ese fue un dueto increíble —halagó el chico con sinceridad—. Aunque me sorprende que estén ustedes dos aquí solos y divirtiéndose —recalcó las últimas palabras mientras alzaba las cejas de forma juguetona.

—Por supuesto que fue increíble, era yo quien cantaba y tocaba el piano —soltó Heeseung ganándose una mala mirada por parte de la princesa.

—Cuanta sinceridad de tu parte —dijo Dabin con enfado.

—Tú tampoco lo hiciste tan mal. —La chica bufó y rodó los ojos.

Ni-ki sabía que sólo faltaba una brusca respuesta de parte de ella y así los dos comenzarían a discutir como era su costumbre.

—¿No deberían estar con Jungwon? —preguntó para evitar que pelearan. Ambos intercambiaron una mirada llena de complicidad.

—Sí, bueno... Lo qué pasa pequeño es que... —La muchacha lucía nerviosa.

—¿Se escaparon? —Dabin bajó la mirada confirmando así la teoría del niño— ¿No fuiste tú quien me dijo que nunca debía dejar de lado mis responsabilidades y deberes sin importar nada?

—Cierto, yo dije eso. —Volteó a ver al pelirrojo en busca de ayuda pero este simplemente se rió—. Pero... mmmm...

—Entiendo, se pueden hacer excepciones cuando se trata de amor, ¿no es así? —El rubio sonrió.

—¡¿Amor?! —gritaron ambos al mismo tiempo.

—¿Qué? No.

—Qué tonterías dices niño. —Ni-Ku simplemente se rió ante la reacción de los príncipes.

—Nos escapamos porque Jungwon estaba ocupado con Sunoo —aclaró la muchacha.

—Además, no hemos tenido un sólo descanso desde hace semanas así que decidimos aprovecharlo.

—¿Dijeron que Sunoo estaba con Jungwon? —Ambos afirmaron con la cabeza.

—Sí, últimamente pasa más tiempo con él —comentó Dabin.

—Supongo que se debe a que ya no le prestas tanta atención como antes por estar con tu novia. —Este comentario hizo que la sangre subiera al rostro del menor.

—Hablando de eso, ¿han visto a Altea?

—¿Problemas en el paraíso? —preguntó Heeseung con una sonrisa expectante mientras se recargaba sobre el piano.

—Últimamente pasa mucho tiempo con la princesa Mina y la verdad es que la extraño —suspiró con pesadez—. Me gustaría hacer algo especial y pasar más tiempo con ella.

La princesa Dabin sonrió conmovida ante las palabras del rubio. Heeseung simplemente rodó sus ojos exasperado por la ridícula actitud del chico.

—Nosotros te ayudaremos —soltó la princesa sorprendiendo a ambos muchachos.

Cursed-Blessed {Enhypen}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora