CAPÍTULO XV

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Jungwon caminó por los pasillos del castillo algo enojado, ciertamente estaba desconcertado por la conducta errática que había tenido la heredera de Engenia, sin embargo, lo que más le sorprendió era el hecho de que su mejor amigo hubiera salido corriendo tras ella; por alguna razón esta acción le había causado rabia y un extraño movimiento en el estómago al igual que el corazón. Preguntó a los soldados y la servidumbre sobre el paradero del rubio y comenzó a seguir el camino por el cual lo guiaban, pero tras unos minutos de caminar y recorrer el castillo les perdió la pista, causando que su enojo aumentara. Ahora lo único que quería era desquitarse con alguien.

Caminando entre los pasillos logró escuchar las risas de su hermana, acompañada por los suaves susurros de alguien más. Quiso contenerse y evitar caminar hasta ellos, pero la sangre le hervía tanto que no pudo controlar sus impulsos y corrió hasta donde ellos estaban.

Abrió la puerta de la sala de golpe encontrándose a su hermana sentada sobre las piernas del chico, ambos con la ropa y el cabello hechos un desastre. La falda del vestido de Mina estaba más arriba de lo que debía y las manos traviesas del príncipe se escurrían entre los pliegues de ésta, mientras que las manos de las chica acariciaban descaradamente el pecho desnudó del príncipe Jake. Jungwon tomó a su hermana y la jalo con fuerza lejos del chico.

—¡¿Qué carajos con ustedes?! ¡¿Cuántas malditas veces tendré que decirte que te alejes de él?! —gritó a su hermana mientras la sacudía con violencia—. ¡¿Y tú?! ¡Maldito perro desgraciado! —Caminó hasta el pelinegro y lo tomó del brazo, causando que el mayor lo mirara asustado—. ¡Si le vuelves a poner una mano encima no sólo dejaré a tu pueblo sin heredero y sin decencia, mandaré a matarlos a todos! —amenazó mientras lo electrocutaba. La locura y enfado reflejándose claramente en sus brillantes orbes azulados—. ¡¿Me oíste?! —Jake simplemente asintió con lágrimas en los ojos a causa del dolor.

—¡Déjalo en paz! —suplicó la chica pero fue ignorada por su hermano.

—¡Tú no eres digno de la casa de Erontios y nunca lo serás! —conforme las palabras abandonaban la boca de Jungwon el voltaje aumentaba peligrosamente al igual que el brillo en su mirada—. Eres una basura como humano y como príncipe. ¡Jamás serás un buen rey para tu pueblo! ¡Por tu culpa será devastado y la gente morirá y sufrirá por tener a una basura como rey!

El muchacho no había terminado de descargar su ira contra el heredero de Hemia cuando algo fuera de la ventana llamó su atención. Afuera en el patio, el príncipe Jay caminaba tomado de la mano con uno de los tantos motivos por los que el pelinegro se encontraba enfadado. Esta imagen no le hizo ninguna gracia al chico, causando que los pequeños rayos que despedía su cuerpo alcanzarán a los amantes, quienes cayeron al suelo doloridos a causa de la corriente recibida.

Jungwon simplemente se dio la vuelta, agarró con fuerzas el brazo de Mina y la arrastró consigo fuera del lugar.

—No puedo creer que estuvieras con él. ¿Acaso no ves que es un inservible inmaduro? De todos los príncipes es el que menos vale la pena, es un idiota que sólo sabe pensar con el pito y no con su cerebro.

—Jake no es así. ¡Él me ama! —Ante su comentario Yang estalló en carcajadas.

—Realmente eres más estúpida de lo que creí. ¿Acaso no te valoras? ¿Crees que él te elegiría sólo porque eres una princesa? —Los ojos de la pelinegra se llenaron de lágrimas y sus labios temblaron intentando contener un sollozo—. ¿Crees que porque te dijo que eras bonita le gustas de verdad? ¿Eh? Cuántas veces no he visto decirle lo mismo a otras. Me da vergüenza que seas mi hermana, no puedo creer que te hayas creído todas esas estupideces.

La princesa rompió en llanto, no podía aguantar las hirientes palabras que le soltaba su hermano mayor. Desde la muerte de su madre sentía que el chico había cambiado completamente su forma de ser, ya no reía ni jugaba con ella, cada vez que la veía la evitaba o le soltaba algún comentario despectivo e hiriente; trataba a todos como basura, nunca se preocupaba por ella y simplemente se dedicaba a dar órdenes a la gente que vivía a su alrededor.

Cursed-Blessed {Enhypen}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora