Cursed-Blessed {Enhypen}

CAPÍTULO XXVII

El príncipe Jungwon abrió los ojos lentamente, sentía su cabeza pesada y todo le daba vueltas. Giró su cuello lentamente hacia su costado derecho, encontrándo los cabellos rubios del príncipe Jay, quien dormía con la cabeza recargada sobre uno de sus brazos mientras que con el otro sostenía la mano del pelinegro. Esta imagen hizo que el corazón del muchacho se acelerara haciendo que llevara una mano a su corazón en un vano intento por controlar sus latidos.

Cuando el mayor sintió como la mano del menor se escurría, despertó rápidamente.

—¿Wonnie? —llamó con voz soñolienta, pues se había dormido hasta altas horas de la noche mientras cuidaba del chico—. ¿Cómo te sientes? —Lo miró con preocupación, intentó llevar una mano a la frente contraria pero el otro rápidamente la esquivó.

—Estoy bien —soltó con rudeza mientras se sentaba—. ¿Dormiste aquí? —asintió Jay.

—El doctor dijo que te desmayaste porque no has comido bien últimamente.

—Sí, seguramente fue eso —soltó entre dientes mientras evitaba la mirada del mayor.

—Wonnie, sabes que me preocupo por ti. Últimamente no comes ni duermes bien y te la pasas estresado y de mal humor todo el tiempo.

—No hay nada de qué preocuparse, Jongseong. Sólo es un día cualquiera en la vida del heredero al trono de Erontios. —Su falta de seriedad hizo que el mayor se enojara.

—¡Carajo, Jungwon! ¿Es que no lo entiendes? Me preocupo mucho por ti. Le prometí a tu madre que te cuidaría, protegería y...

—¿Y? —El pelinegro alzó una ceja de forma inquisitiva.

—Estoy fallando en mi promesa —confesó con tristeza—. ¿Cómo quieres tomar el trono algún día si tienes poca salud? A este paso tu hermana terminará siendo la heredera.

—¡Jamás dejaré que ella y Jake usurpen mi trono! —El ambiente se llenó rápidamente de estática.

—Calma, Wonnie, no es bueno para tu salud que te alteres de esa manera —dijo con suavidad el rubio—. Además, no creo que tengas que preocuparte por Jake nunca más, claramente está enamorado de la princesa Selina y no creo que represente ninguna amenaza para tu trono.

—¿En serio? ¿El don Juan de Jake está enamorado? —preguntó incrédulo.

—Por sorprendente que se escuche, sí, eso parece.

—Bien, entonces tenemos que hacer que se mantenga así. Podrá engañar a todos haciéndolos creer que es un estúpido, pero puedo ver claramente sus intenciones. —Jay giró los ojos ante las ideas paranoicas de su amigo.

—Por cierto, ¿qué hacías con Sunoo cuando te desmayaste?

—Tomábamos el té —soltó sin más.

El azabache hizo un ademán de querer levantarse de la cama pero el rubio lo detuvo rápidamente.

—Te lastimarás si te levantas tan rápido. —Jungwon le lanzó una mirada fría antes de levantarse.

Un mareo lo azotó con violencia y el mayor lo tomó de brazo para evitar que se fuera de cara al suelo. El menor lo volteó a ver, la ternura y preocupación reflejados en los ojos del otro causó que su corazón se acelerara desagradablemente. Jungwon se apartó bruscamente y caminó hasta su balcón en busca de un respiro de aire fresco y de algo que pudiera calmar sus acelerados latidos.

—¿Qué día es hoy? —preguntó Yang.

—Es el plenilunio. Las princesas han aceptado venir a la Cueva Circular. —Al escuchar esto el príncipe sonrió.