Las princesas cabalgaban por el frondoso bosque con sus espaldas saludando al sol, las lágrimas corrían por sus rostros cansados y mantenían la mirada en el azul del horizonte sin saber realmente a dónde es que se dirigían. Cabalgaron por horas sigu...
Se miraron entre todos, estaban llenos de rasguños y golpes, sus ropas y cabellos estaban hechos un desastre y la tierra, hojas y ramitas cubrían sus cuerpos.
—¿Quién primero? —El más joven de los príncipes rompió el silencio.
—Las ganadoras —respondió Jungwon apretando los dientes.
Selina y Reika se miraron entre ellas y luego al resto. Dieron un paso hacia la cueva y se adentraron en la oscuridad, sintiendo como si algo las absorbiera o atrajera como un imán, la energía del lugar les resultó abrumadora, estaba tan cargada que apenas si podían respirar. O al menos así se sintieron durante los primeros segundos.
—No pasó nada —susurró Heeseung sintiendo un gran alivio.
Altea los observó a todos un tanto confundida, parecían tensos y a la espera de que algo sucediera. Dio un paso hacia la caverna y se adentró junto a sus hermanas.
—No sucedió nada —les soltó mientras los juzgaba con la mirada—. Sigo viva al igual que ellas, no creo que les pase nada a ustedes.
Todos se tensaron aún más al escuchar esto, pues no esperaban que alguien descubriera sus intenciones.
—Vamos. —Jake fue el siguiente en entrar y luego de él lo hizo el resto.
Reika encendió fuego en su mano y comenzó a caminar por la oscuridad, iluminó las paredes encontrándose con hermosas pinturas que narraban la historia de la llegada de los Oscuros y los Vita, la Guerra Centellante, la unión entre humanos y Vita, la consagración de las piedras Vima, el destierro y caída de los Oscuros y finalmente la fundación de los antiguos reinos.
Las muchachas estaban asombradas ante estos cuadros y los analizaron con mucho cuidado hasta que finalmente llegaron a un lugar abierto el cual estaba completamente iluminado por la luz de la luna gracias a un agujero perfectamente circular que se hallaba en el techo. Había un puente para cruzar hasta una plataforma circular, a la mitad de esta había una pequeña torre, grabado en la pared de atrás estaba el antiguo símbolo del reino de los Vita. La energía en ese lugar se sentía con más fuerzas. Los once se acercaron y formaron un medio círculo frente a la torre, en ese punto se podía sentir con mayor intensidad la fuerza y energía de la luna.
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(Imaginemos que no hay nadie en la torre.)
En ese momento Selina entendió a lo que se refería Jake, era realmente abrumadora la energía ahí, pero al mismo tiempo resultaba liberadora, cálida y reconfortante.
De repente se sintieron como si estuvieran llenos de vida, todo se intensificó en ellos, los sentimientos, la magia, los recuerdos, sus sentidos. Por un momento incluso dejaron de ser seres unipersonales y se convirtieron en todo y en todos; se convirtieron en agua, en fuego, en aire y tierra, en el Sol, la luna y las estrellas, en el canto de las aves, el rocío de la mañana, los pétalos de las flores. Conectaron con el mundo y se volvieron la vida misma.