CAPÍTULO LVIII

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Los días para la luna nueva pasaban demasiado lentos para el gusto de Selina, había días en los que se dedicaba a vagar por el castillo o convivir con sus hermanas y amigos, y otros en los que simplemente se encerraba en la biblioteca a leer o investigar sobre cómo evitar el compromiso de su hermana.

Se encontraba apasiblemente sentada leyendo un libro mientras su compañero de lectura hacía lo mismo. Había algo que la estaba molestando desde hace días, pero aún no había tenido el valor o la confianza suficiente para expresárselo a nadie.

Separó su mirada del libro por unos segundos para ver al pelinegro que estaba sentado frente a ella y luego la bajó, minutos más tarde repitió la acción, siendo sorprendida por el muchacho.

—¿Sucede algo, Selina? —preguntó Sunghoon mientras la observaba con atención.

—Yo... —La chica se lo pensó por unos momentos, decidiendo si debía decirle aquello que la había estado atormentando por días o no. Al final, decidió no decir nada—. ¿Has hablado con mi hermana sobre... mmm... ya sabes? —dijo con nerviosismo, desviando la conversación de su idea original.

—No. No he encontrado el momento indicado para hacerlo —respondió mientras bajaba la mirada y cerraba el libro—. Sé que te prometí que lo haría y realmente planeo hacerlo, es sólo que no sé cómo decírselo.

—Te entiendo. Hay veces en las que yo tampoco sé cómo expresar lo que siento o pienso, pero deberías ser sincero con ella e intentarlo. A nadie le gusta que lo engañen. —Lo último lo dijo con tristeza.

—¿Crees que ella se enfade conmigo por haberlo mantenido en secreto?

—No tendría porque, ella también te guarda secretos. Pero opino que la base para tener una buena relación es ser honestos desde el inicio —Sunghoon suspiró.

—Tienes razón, es sólo que temo que lo nuestro pueda cambiar luego de que se entere.

—Puede ser, pero si realmente se aman, no creo que algo así logre separarlos con tanta facilidad. —El chico sonrió un poco más relajado.

—Me alegra saber que cuento con tu apoyo.

—Por supuesto que sí, eres una buena persona, cuidas y tratas bien a mi hermana y no hay que ser muy listo para saber cuanto la amas, además, la haces muy feliz y eso es todo lo que quiero para ella.

—Gracias, te prometo que cuidaré bien de Reika y le contaré la verdad pronto.

—Eso espero Hoon. —La chica suspiró y se levantó de su asiento—. Si me disculpas, tengo algunas cosas que hacer.

—Por supuesto, buena suerte y diviértete en tu cita con Jake. —El pelinegro la observó con una enorme sonrisa, haciendo que la princesa se sonrojara.

—Gracias —comentó la peli plateada antes de salir del lugar.

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Jake se encontraba esperando ansiosamente en el punto de encuentro que él y Selina habían acordado. Se había acostumbrado a la tardanza de la chica así que no se sorprendió al ver que llevaba más de diez minutos esperándola.

Últimamente la encontraba algo dispersa, había notado que algunos días se mantenía en silencio e inmersa en sus pensamientos mientras que había otros en los que no se apartaba de él y podían conversar sobre cualquier cosa. Debía admitir que a veces estas actitudes frías y calientes lo hacían sentir extraño y confundido, la habilidad de la chica para cambiar de personalidad le parecía un tanto sorprendente. Al final siempre terminaba atribuyéndole esos comportamientos a la preocupación que Selina sentía por la inminente llegada de la luna nueva. Por lo que él terminaba ignorando esto ya que se había dado cuenta de que la amaba profundamente y lo único que quería para ella era su bienestar y felicidad.

Cursed-Blessed {Enhypen}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora