otra oportunidad

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Habían pasado varios días desde aquella noche en que le pidió otra oportunidad a Bucky pero aún no le daba una respuesta, Amalia trataba de evitar a Druig lo más posible, y esa tarea fue mucho más sencilla gracias a Steve quien ordenó que el eterno y Pietro lo acompañaran a una misión donde estarían unos días fuera.

—Regresaré lo más pronto que pueda—dijo Steve acercando a la pelirroja hacia su cuerpo para luego besarla—Te amo

Nat sólo sonrió, y con los brazos cruzados vio como el capitán junto a los otros se iban.

—Eso hasta a mí me dolió—dijo Amalia acercándose quien había visto por completo la escena, a lo que su amiga rodó los ojos.

—Empezamos hace unos días, y ya me dice que me ama, es algo apresurado

—Steve siempre ha sido intenso—respondió la castaña encogiéndose de hombros—Y sabes que él te ama desde hace mucho tiempo, sólo que faltaba mi empujoncito.

Natasha sólo sonrió ante las palabras de su amiga, ella quería mucho a Steve pero aún no lo amaba, y le urgía que ocurriera pronto, se sentía fatal por no corresponderle de la misma forma.

—¿Y Bucky? ¿Lo has visto?

—Solo de pasada, me sonríe y se va—suspiró—a veces pienso que ya tomó la decisión y no me quiere decir para no lastimarme.

—¿Y no has pensado que es lo mejor?
Digo, si te dice que no, puedes quedarte sola y pensar sobre lo que quieres de verdad.

Amalia si lo había pensado, la mejor opción era estar sola y no lastimar a Bucky ni a Druig, los amaba, no merecían estar mal por ella, tenían derecho a ser feliz.

—Pero si me dice que sí, no puedo arrepentirme, lo amo y haría de todo para que funcionara otra vez, y si eso incluye alejarme de Druig, lo haré—dijo con un hilo de voz, no quería por nada del mundo alejarse del eterno, pero si eso ayudaría a Bucky, lo haría.

Las dos amigas se dieron vuelta al escuchar un ruido detrás de ellas, y cuando vieron de quien se trataba sólo se miraron entre sí, era Bucky.

—Yo... quería hablar contigo Amalia—dijo nervioso. La castaña asintió, Nat apresurada sólo tomó la mano de Amalia, le dió un leve apretón en señal de fuerza y se fue.

—Te escucho

—Lamento haberme demorado tanto—dijo el soldado sentándose en un escalón de la entrada del complejo—Pero fue muy difícil para mí

—Te entiendo, tranquilo—dijo la castaña tomando el brazo del soldado, quien se estremeció, había confirmado con ese simple toque que la amaba más que nunca.

—No quiero alejarme de ti, pensé en todas las posibles soluciones "sanas" para todo esto pero ninguna me hacía feliz, te quiero a mi lado, aún sabiendo que estás confundida—tomó su mano—Eres mi amor y siempre lo serás, a pesar de todo.

Amalia sólo sonrió y lo abrazó fuertemente, con cierto sentimiento encontrado, por un lado, sería feliz con Bucky pero por otro, era despedirse del amor de Druig para siempre.

Bucky lentamente se fue separando del abrazo, pero sin soltar el rostro de la castaña, mirándola fijamente, esperando su consentimiento para besarla, y así fue, sus labios se unieron en un apasionado beso, conteniendo las ganas de comerse el uno al otro.

—Gracias—susurró Amalia en los brazos del soldado quien al escucharla no podía guardarse más lo que pensaba.

—Escuché una parte de tu conversación con Nat, no fue mi intención pero—Amalia se levantó para verlo cara a cara—¿Es verdad lo que dijiste? ¿Qué te alejarías de Druig por mí?

La castaña tragó en seco, lo dudó por unos segundos pero finalmente respondió.

—Sí—susurró. Bucky la abrazó, sabía que a la castaña le costaría alejarse de él pero aún así estaba dispuesta a hacerlo.

En ese momento sonó el celular de Amalia.

—Es del hospital—dijo mirando la pantalla

—Contesta

—¿Aló?—luego de varios minutos de una conversación, colgó y empezó a derramar lágrimas.

—Amalia ¿Qué pasó?

—Es Fury—dijo mirándolo con asombro sin creerlo aún—Despertó

—¡Eso es increíble! Amalia, debemos ir al hospital

Amalia asintió poniéndose de pie rápidamente.

—Iré por el auto—dijo Amalia

—Vamos en mi moto—respondió el soldado, provocando confusión en la chica.

—¿Desde cuándo tienes una moto?

—Desde hace pocos días, la necesitaba para escapar un poco—apuntando en donde se encontraba la moto—Vamos

Llegaron al hospital, y Amalia entró corriendo hacia la habitación de Fury, quien estaba sentado, que al verla en la entrada sonrió ampliamente. Amalia no lo podía creer, verlo ahí sonriendo, era un sueño

—¿No piensas saludar a este anciano?—bromeó el moreno al ver a la chica paralizada en la entrada. Amalia caminó apresurada para darle un largo y apretado abrazo.

—Han pasado tantas cosas—dijo Amalia al lado de la camilla sujetando la mano de Fury.

—Tenemos tiempo hasta que me den el alta, cuéntame todo

—Sigues siendo un viejo chismoso—respondió la chica riendo, para luego pasar horas con Fury contándole cada detalle de los sucesos ocurridos en su vida, como la primera vez que lo conoció.

The girl with green eyes [Druig]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora