traición

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El amanecer se hacía presente en la habitación de Bucky, quien gracias al sol en su rostro despertó, viendo como lo abrazaban por la espalda.

—Amalia—susurró tomando su mano, pero pudo notar que no eran las manos de la castaña, esas manos que tantas veces había tomado, sabía perfectamente que no eran las de ella.

Se giró apresurado, observando a una rubia de ojos azules adormilada a su lado, completamente desnuda, al igual que él, no lo podía creer, ni tampoco podía recordar nada.

—¿Pero que mierda pasó?—se preguntó a sí mismo—No, no, no.

—Hey—lo saludó la chica adormilada—¿Como amaneciste?

—Lo siento, pero tengo que pedirte que te vayas—dijo Bucky mientras se levantaba y se vestía—No sé lo que haya pasado anoche, pero tengo novia.

—¡¿Tienes novia?!—preguntó la chica ofendida—Tuvimos sexo eso pasó... no puedo creerlo—dijo para vestirse rápidamente.

Bucky estaba devastado, como le diría a la castaña lo que pasó, como le haría entender que no se acuerda de nada, estaba en el maldito infierno.

La rubia mientras ordenaba sus últimas cosas, lo único que quería era irse de allí, pero al salir de la habitación, unos ojos verdes detuvieron su caminar.

—Amalia—susurró Bucky desde la puerta—Yo te lo puedo explicar—Así la chica supo quien era la castaña, ella era la novia.

—Lo siento mucho, yo no sabía—dijo la rubia apenada dirigiendose a Amalia para luego irse rápidamente.

—Te lo puedo explicar—dijo Bucky acercándose ya con lagrimas asomándose por sus ojos tomándola por los hombros.

—Ya sé lo que pasó, te vi anoche, llevándola hacia tu habitación—dijo la castaña con una voz firme sin ninguna expresión en su rostro—Pensé que ya se habría ido, sólo venía a decirte que "obviamente" terminamos, no quiero que me dirigas la palabra nunca más en tu vida y te vengo a devolver esto—dijo entregándole el anillo que le había regalado.

—No, Amalia escúchame, yo.. no recuerdo nada, no la conozco—decía excusándose mientras lo invadía la desesperación, no quería perderla.

—Mira James, no me interesa, me engañaste, me traicionaste y me rompiste el corazón—fue interrumpida.

—Nunca me habías llamado James—dijo con un semblante serio con las lágrimas saliendo en cada pestañeo.

—Y yo nunca pensé que me traicionarías de esta forma ¿Qué irónico no?—respondió con intención de irse, no podía aguantar un minuto más o se quebraría delante del soldado.

—Amalia, deja explicarte por favor—suplicaba deteniendo a la castaña—Te amo yo nunca te haría daño y ¡lo sabes!—dijo sosteniendo entre sus manos su rostro.

Amalia ya no podía más, le dolía, sabía que Bucky la amaba pero no podía borrar de su mente esa imagen, a pesar de que sentía una gran opresión en el pecho, no le dejaría verle mal.

En cambio Bucky, era todo un niño pequeño al frente de la castaña, estaba destrozado y no sentía pudor ni vergüenza que lo viera tan desprotegido, era su Amalia, esa niña que había cambiado su mundo, que le había enseñado lo que era el amor, que le permitió saber cuales eran sus puntos débiles, esa niña, le decía que ya no quería estar más con él.

—Lo siento, tú así lo decidiste—susurró la castaña para zafarse del agarre e irse rápidamente de allí, dejando por los suelos al castaño, llorando, sin poder respirar, con la culpa invadiendolo, a pesar de que no recordara nada, no podía borrar el hecho de que había engañado a la castaña, sintiendo que su mundo se estaba desvaneciendo poco a poco.

—Soy un idiota—susurró el soldado levantándose del suelo llorando—¡Soy un idiota!—gritó golpeando la pared fuertemente, llamando la atención de Steve, quién salió de la habitación de al lado preocupado.

—¿Que pasó? Tranquilo—dijo para abrazar al soldado quien no dejaba de golpear la pared—Tranquilo, estoy aquí.

Bucky en los brazos de su amigo pudo colapsar completamente, le dolía cada centímetro de su cuerpo y no de una forma física, era inexplicable el sentimiento, sentía como si lo estuvieran oprimiendo con miles de toneladas, no dejándolo respirar, mientras sus lágrimas salían desesperadas pensando que pronto moriría, solo se aferró a Steve hasta que se pudo calmar un poco, y se adentraron a la habitación para que pudiera descansar un poco, el dolor claro que cansaba.

Amalia al dejar a Bucky sólo, sintió como se formaba un nudo en su garganta, que la estaba invitando a llorar, llorar y llorar por los próximos tres meses, pero no, no lo haría, al sentir como una lágrima caía por su mejilla, la limpió rápidamente.

—No, no te romperás otra vez, eres Amalia Linner, apaga tus sentimientos cómo cuando eras una niña, sólo apágalo—se decía decidida para sí misma.

No queriendo aceptar que le dolía como el diablo, pero no quería pasar llorando cada vez que lo viera, no quería que sus amigas le llevaran chocolate mientras veían una película triste de perritos, claro que no, desde ese momento, sería una Amalia completamente diferente.

—Amalia—dijo la voz de un hombre sacandola de su reciente pensamiento.

—¿Qué haces aquí?—dijo con una mueca.

—Natasha me contó todo, pensó que me necesitarías—Amalia rodó los ojos.

—Bueno se equivoca, no necesito "tu apoyo" estoy bien, así que te puedes ir, Fury.

—No te hagas la fuerte conmigo, sabes que–fue interrumpido.

—Soy fuerte, ¿acaso quieres que me quede llorando como una niña mientras me acaricias la cabeza diciendome que ya pasará? No, no caeré en ese juego, no seré más una estúpida.

Fury quedó perplejo, nunca la había visto así, con tanto odio, su ternura se había ido y eso le preocupaba.

—¿Sabes que es lo más gracioso?—dijo riendo la castaña—Que yo puse por delante su bienestar antes que el mío, pude perfectamente haber terminado con él hace tiempo y pensar bien en lo que sentía, pero no, lo elegí a él para no hacerlo sufrir ¿Y que hace él? Me termina haciendo sufrir a mí—decía riendo—Soy una incrédula, pero ya no más.

—Amalia—murmuró Fury—No quiero que pierdas el camino.

—Quizás lo perdí hace mucho tiempo—finalizó para darse media vuelta e irse.

The girl with green eyes [Druig]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora