Ikaris
1.560 a.c
—Te amo, Felisa—confesé luego de meses guardando este sentimiento, pero al notar como se levantaba y fijaba su mirada hacia la nada, me di cuenta que había sido una equivocación.
—Ikaris, yo... estoy muy agradecida por todo lo que has hecho, tú y todos los eternos, por mi pueblo y mi familia—hizo una pausa para voltearse mirándome fijamente—Pero sabes que mi corazón le pertenece a otra persona.
Sentí un nudo en mi garganta, sentía como, literalmente, arrancaba mi corazón y lo tiraba a la basura, nunca supe el porqué de mi impulsividad, pero al escucharla rechazarme no me aguanté.
—¡¿Una persona que ni siquiera te corresponde?! ¿Una persona a quien ni siquiera le importas? ¿Que te ve como una simple amiga?—gritaba exaltado con mis ojos llenos de lágrimas.
—Eso no te incumbe—susurró en un hilo de voz, ella sabía que eso era verdad por eso le dolía tanto.
—Y yo, que te entrego todo de mí, yo, que soy tuyo completamente en este instante, me rechazas—bufé para volver a sentarme—Yo hice cosas por ti y tu familia Felisa, hice cosas asquerosas, que nadie más conoce, y si abro la boca, todo se iría a la mierda ¿lo sabes?
—¿Me estas amenazando?—preguntó ofendida con el ceño fruncido viéndome directamente.
—Sólo quiero que veas las cosas con claridad, no eches a la basura toda la reputación y credibilidad de tu familia solo por él—dije firmemente para alejarme de allí.
Luego de unas horas, Felisa se acercó para hablar sobre su decisión, me había aceptado, había aceptado mi amor, y prontamente, el gran día había llegado, no hubo problemas en que la familia me aceptara, claramente sabían todo lo que había hecho por ellos, los que no estuvieron muy contentos de la decisión de casarme, eran los eternos, siempre arruinando mi felicidad, son unos envidiosos.
—Este es el día más feliz de mi vida—susurré en el oído de Felisa, mi esposa.
Ella sólo se limitó a sonreír, con una mirada angustiosa observaba a lo lejos hacia una dirección, la seguí con la mirada encontrándome a aquel hombre, ese maldito.
—Deja de mirarlo, ahora eres mi esposa—dije firme tomando su mano con fuerza.
Después de años, los desviantes aún estaban por todas partes, tratábamos de mantener seguras a las personas de aquella civilización, pero no siempre se lograba, y carajo, como lo supe ese día.
—¡Rápido entren!—gritaba Felisa en la gran entrada, dirigiendo a la multitud hacia adentro.
—¡Felisa! ¡Debes entrar!—ordenaba Druig a lo lejos—¡Es muy peligroso! ¡Hay demasiados!
Al escuchar el nombre de mi querida esposa, salir de la boca de ese idiota, me ardía la sangre, así que rápidamente fui en busca de ella.
—Vamos Felisa—dije tomándola por la cintura
—No me iré—me enfrentó—Defenderé a mi pueblo.
Era idiotamente valiente, algo que me molestaba muchísimo, pero solo ignoré sus palabras, y la saqué volando de ese lugar, llevándola unos pocos metros dentro del bosque, creo que en verdad no solo quería sacarla de allí por los desviantes, sino para alejarla de ese tipo.
—¡Eres un idiota! Te dije que me quería quedar—decía mientras golpeaba mi pecho furiosa.
—Ya cálmate, te pudieron matar en un segundo, dame las gracias por sacarte de allí a tiempo—rodé los ojos.
—¿Agradecerte? ¿Que mierda tengo que agradecerte? ¿Por haberme obligado a casarme contigo? ¿Por obligarme a tener sexo contigo cada puto día? ¿Por pasar estos años al lado de un miserable como tú?—me gritaba exaltada con lágrimas en los ojos.
—¡Eres una malagradecida! Todo lo que he hecho por ti..
—¡Yo nunca te pedí nada! ¡Tú lo hiciste porque sabías que nunca te correspondería e ideaste todo este maldito plan!—me interrumpió
—¿Tú aún piensas que puedes ser feliz con él? Él no te ama estupida—dije acercándome lentamente hacia ella tomando con fuerza su rostro con mi mano—Y si algún día lo hace, yo no lo permitiré.
Felisa se soltó de mi agarre, mirándome fijamente, realmente me asustaba aquella mirada, era como si traspasara todo su odio, rencor, desesperación, asco, ira, en una sola mirada.
—Lo sé, sé que nunca seré libre, aquí, contigo, pero al menos podré recuperar mi libertad en otra vida—y lo hizo, sacó una daga escondida en su vestido y lo hizo, se la enterró directa y fuertemente en su abdomen, cayendo de rodillas, con sus manos sobre la gran mancha de sangre recorriendo la herida punzante de su abdomen.
—¡¿Pero qué mierda hiciste Felisa?!—grite sosteniendo su cabeza con mis manos, ya en el piso.
—Me libero de ti, Ikaris—susurró con dificultad y con su último aliento—Dile a Druig que siempre lo amaré.
Al escuchar esas últimas palabras, mi vista se nublo, el amor de mi vida, se había suicidado, y sus últimas palabras fue una confesión de amor para otro hombre.
—¡Ahhh!—grite con fuerza para destrozar un árbol con mis rayos, aún con Felisa en mis brazos.
—¡Él no habría hecho nada de lo que yo hice por ti, maldita sea! ¡¿Por que lo amas a él?! ¡Él no te quiere, nunca lo hizo y ya nunca lo hará!—decía desesperado mientras abrazaba con fuerza su cuerpo sin vida.
Me dirigí hacia cualquier parte, dejando su cuerpo sin vida allí, cuando ya estaba lo bastante alejado, pude desahogar toda la rabia y dolor.
—¡Juro por mi vida que pagarás por esto!—grite a los cuatro vientos, más decidido que nunca—Aunque me demore mil años, Druig, lo pagarás—susurré por lo bajo, y era una promesa que no iba a romper.
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Quería contextualizar un poco la obsesión de Ikaris 🙃 Pronto haré capítulos más largos, me comprometo, para agradecerles el apoyo a la historia💞😮💨
¿Que les pareció la narración en primera persona??? Les gustaría que escribiera mas así??👀
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The girl with green eyes [Druig]
FanfictionAmalia Linner, la chica de ojos verdes, quien desde pequeña estuvo muy sola y sin amor, quien tratará de recuperar su humanidad mientras en el camino conocerá al hombre con brazo de metal, Bucky Barnes y al Eterno que la protege como si fuera el tes...