⚠️ Este capítulo es de contenido sexual no tan explícito.
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Sonreí a druig de lejos y este no tardo en acercarse a mi rápidamente.
—Mi hermosa, hermosa Danah. Llevo buscándote toda la mañana. —Druig me tomó por la espalda levantándome causando una gran carcajada en mi.
—Quizá lleve escondiéndome de ti desde las mañana. —bromee mirándole con burla, él sonreía y ajusto su agarre.
—Te vez demasiado hermosa hoy, o es que mis ojos se deslumbran al verte siempre. —mis pies tocaron el suelo y al momento volteé para verlo y besarle con dulzura.
—¿Que dices de ir a nuestro lugar especial? —acaricié su pecho mientras miraba sus ojos.
—Por supuesto, he notado que esta mas bello que nunca. —tome su mano y lo arrastré conmigo a la puerta para salir de aquel lugar, algunos se nos quedaban viendo sonrientes al vernos irnos como dos niños.
Al llegar me deje caer en el suelo recostandome en la hierba a la espera de que Druig hiciera lo mismo. Miraba de frente al río.
Nada mas estar a mi lado di media vuelta para quedar sobre él, sonreí al ver su expresión divertida.
—¿Es posible enamorarse un poco mas cada día? —expresó con una mueca y el ceño fruncido.
—Si es posible, yo estoy cada día más loca por un chico con ojos azules como el océano y el cabello oscuro como la noche, camina de una manera muy elegante y tiene una sonrisa sarcástica muy seductora.
—Suena como ha alguien que conozco.
—Es el hombre mas hermoso que jamás he visto, de hecho no pude ver a nadie mas después de él. —sus manos se aferraron a mi cintura para levantarse y así besarme, era suave y delicado, acariciaba mis mejillas mientras enredaba sus dedos en mi cabello.
Nos separamos por falta de aire pero aun seguíamos demasiado cerca.
Su mirada risueña hizo que quisiera repartir besos por todo su rostro haciéndolo reír y abrazarme con fuerza, se dejó caer conmigo sobre la hierba.
Apartaba el cabello que caía sobre los lados de mi rostro y volví a besarle con ternura.
Sin previo aviso nos día vuelta invirtiendo los roles. Ahora era su turno de repartir besos, solo que en el sitio donde mas sensaciones tenia y era mi cuello el cual cosquilliaba bajo sus labios.
Volví a darnos la vuelta aprovechando que bajo la guardia pero sin romper el beso.
Le miré a los ojos mientras trataba de recuperar mi respiración, sus ojos tenían un brillo especial, me veía de una forma distinta y eso hacia que mi corazón quisiera explotar de alegría, no sabia muy bien como describir cada momento que estaba con él.
Su mano bajo de mi mejilla hasta llegar a las tiras del pantalon cargo cruzadas en mi espalda, no dije nada solo deje que siguiera quitando la parte superior de esa prenda, dejándome solo con lo que pretendía ser un sujetador pero eran unas vendas bien sujetadas.
Sus dedos se deslizaban por mi piel suavemente, deje que volviera a sentarse y bajo su hermosa mirada iba dejando besos en mis hombros, clavículas y por último quedo su rostro escondido en mi cuello, suspiraba encantada.
Mis manos acariciaban su mejilla, nuca, enredando mis dedos en su cabello.
No pedí permiso y dirigí mis manos a su ropa, como podía quitaba las tiras y botones que sujetaban su camisa, luego me ayudó a quitársela por encima de su cabeza.
—Te amo, Druig.— vi directamente sus ojos. Sus labios estaban algo hinchados y mas rojizos.
—Te amo, Danah. —susurro de una manera tan dulce que mi corazón dejo de latir por un momento y luego se sintió desbordado.
Un beso mas pasional y desesperado le siguió a esas palabras, noté como Druig intentaba quitar mi ropa pero estaba siendo un poco difícil así que le ayude con la tarea quedando completamente desnuda sobre él.
—No creo jamás acostumbrarme a esta imagen. —dijo sonriendo atontado.
—Tampoco es fácil de asimilar al hombre precioso que esta junto a mi.
—Me encanta que jamás pierdas esa ternura y delicadeza.
—Lo negare si se lo dices a alguien. —rió al igual que yo y nuevamente me lancé a besarlo.
Sus manos recorrían mi cuerpo con firmeza pero con suavidad, sus caricias hacían que mi cuerpo se encendiera y buscará mas de él haciendo que generará un poco de fricción en cierta zona.
Sus pantalones fue lo ultimo en salir despedido de su cuerpo dejando una excitante imagen frente a mi, volví a mi lugar inicial y con suaves movimientos froté nuestras pelvis generando un placer agradable, movía mis caderas de manera sensual mientras él la sujetaba y disfrutaba.
Quería mas y estábamos listos así que alineé su miembro en mi entrada, fui bajando lentamente dejando salir un jadeo.
Druig mordió su labio y aferró mas su agarre en mi cintura. Volví a mover mis caderas ahora con él dentro de mi, me sentía llena y era una sensación exquisita. Cerré mis ojos dejándome llevar pero quien tomó el control fue él moviéndome a su gusto y mas aun para mi.
Volvimos a cambiar de posición y ahora él estaba sobre mi, no podía apartar mi mirada de la suya aun cuando estaba sonrojada.
Mis jadeos eran suaves pero cada tanto se estaba algún que otro gemido al igual que él, era tan dulce escucharle, eran jadeos roncos y calmados.
La tensión en mi abdomen comenzaba a acumularse y necesitaba un poco mas así que fui moviéndome a mi gusto contra los suyos.
Tome su nuca para acercar su rostro al mio para besarle con necesidad cuando sentía que el orgasmo estaba a punto de ahogarme.
Druig con unas embestidas mas se corrió dentro de mi, unos segundos después alcancé mi clímax.
Estaba bastante y sudorosa, ambos lo estábamos pero las sonrisas tontas no abandonaban nuestros rostros.
—Comienzo a pensar que venir aquí tiene algo, este lugar tiene algo. —expreso con risa en su voz.
—Creo que deberíamos venir mas. —reí dejando caer mi cabeza sobre su hombro y luego volví a mi lugar.
—Cásate conmigo. —pidió después de darme un corto pero cariñoso beso.
—¿Seria... la quinta vez que nos casamos? —estaba nerviosa a pesar de los años, sentía mi corazón latir fuerte.
—Sexta y sigo teniendo los mismos nervios como si fuera la primera vez. —hizo una expresión que decía "que tonto" y reí.
—Y te volvere a elegir como la primera vez.— los nervios parecieron desaparecer de su cuerpo y soltó un suspiro de alivio y alegría.
—Por eso es que te amo demasiado. —con esfuerzo hizo que nos levantaremos de la hierba y en menos de unos instantes el agua helada del río tocaba nuestra piel.
Por horas nos quedamos allí jugando, salpicando agua, tirando del pie al otro asustando al otro o hundiendo desde los hombros.
Ninguno de los dos inmersos en su mundo notaron las miradas filosas y celosas de dos personas que estaban según su manera de querer, enamorados de cada eterno pero en el fondo sabían que no había nada que pudiera cambiar esa situación y Druig se encargaría de ello pues sabía que aquello desencadenaría un problema.