—Hola, soy Druig. —la voz del chico a mi lado lleno mis oídos de una manera electrizante.
—Soy Rheing, un placer. —me moví en dirección de donde sentía su presencia.
—Es un hermoso planeta aunque no mas bello que quien esta a mi lado.
—Quisiera decir lo mismo pero oye desgracia no puedo ver, tal vez si me describes como es y como eres tu pues devolverte el cumplido. —fue como si pudiera sentir su incomodidad, no era mi intención causarle mal pero no podía mentir, no tenia visión— Lo que tu me digas puedo proyectarlo a la perfección en mi mente ya que puedo conectarme a la tuya.
—Pues es azul-
—¿Tu o el planeta?
—El planeta. —dejó salir una risa nasal —Tiene una enorme exención de agua, océanos y también de tierra, sus continentes.
—Donde recién las personas que debemos proteger. —exprese comenzando a formar lo que el comentaba en mi mente, se veía bien, con colores muy vividos, parecía ser un lugar hermoso— Ahora quiero saber de ti, chico con voz encantadora.
—Creo que podría aprovechar esa conexión para mostrarte una imagen más vivida de mi. —tardó un poco pero era capas de verlo a él mirándose en el reflejo de un ventanal.
—Tus ojos son tan hermosos. —aun cuando podía verlo mis manos fueron subiendo hasta su cara y con suavidad rozaba sus facciones aprendiendo cada una de ellas— Lo siento por este planeta pero es opacacado por alguien más bello. —sentí mi rostro arder aun así no quite mi sonrisa— Eres hermoso Druig.
—Puedo asegurar que nos llevaremos muy bien, mi bella Rheing. —sus manos tomaron las mías, la conexión se había roto pues no quería seguir viendo a través de sus ojos, quería sentir y era una sensación más agradable a mi tacto.
La conversación se terminó debido a que la eterna suprema nos llamó, ya iba a comenzar nuestra misión y estaba impaciente por conocer a esas personas.
La verdad es que no sabia porque Arishem envío a alguien como yo a esta misión, estoy segura de que alguien mas podría reemplazarme son esfuerzo, no seré de los que pelean evidentemente. Aunque tampoco conocía al resto del equipo, Druig se robó toda mi atención. Mi capacidad para cambiar el entorno era útil por si tenia que escapar de un momento complicado o ayudar a alguien más, además de ser inmune a cualquier poder que pueda herirme, podía ser un escudo de ser necesario. Pero haría falta esfuerzo para poder moverme con normalidad en un lugar que no conocía, por algún motivo tenia la sensación de que conocía este sitio por eso parecía no estar confundida.
***
—Oye, Druig ten cuidado, no quiero tener que sufrir alguna caída o algo a causa de que me Llevas casi corriendo a quien sabe donde.
—Tu tranquila, no dejaría que nada te ocurriera. —es cierto en estos dos mil quinientos años que han pasado a sido casi mi protector o un guía, no sabia como llamarlo en realidad pero ha cuidado de mi como yo de él.
—Si no pareciera que huimos no podríamos tener un momento a solas sin Gil vigilandome.
—Soy la niña numero dos del grupo. Aunque sin tener apariencia de niña. —reí divertida recordando todas las veces que el fortachon alejó a Druig de mi lado o golpeaba sus manos cuando estaban sobre mi.
—Ahora si podemos relajados, ya hemos llegado. —el caminar de ambos se volvió lento hasta que se detuvo— Es aquí. —algo olía delicioso.
—¿Es como una tarde campo? —mencioné con emoción.
—Pues si algo así. Ven siéntate. —me indicó el sitio ya los segundos sentí como se posaba frente a mi.